Libertad Quijotesca

Entre Falcón y Pegaso

En la palestra política ponen a Pegasus para facilitar a Tifón y Equidna el acceso a los secretos de Estado

Pegaso, el caballo alado, es uno de los seres más fascinantes y de mayor simbolismo de la mitología griega. El primer caballo que habitó en el Olimpo. Desde su origen está ligado a las artes, a la inspiración y creación artística. El mito cuenta que era hijo, junto a su hermano mellizo Crisaor, de la gorgona Medusa y de Poseidón, dios de los mares. No pudieron nacer hasta que Perseo le cortó la cabeza a Medusa. En el Ministerio de Agricultura podemos ver el magnífico conjunto escultórico La Gloria y los Pegasos (1905) obra de Agustín Querol (Tortosa, 1860-Madrdid, 1909) En nuestro imaginario colectivo, recordamos a Pegaso como símbolo de la legendaria marca española de autobuses, camiones y vehículos industriales (1946-1990) También le hemos visto alzar el vuelo en las pantallas de los cines, en sus dos representaciones tradicionales, en color blanco o en negro. Por ejemplo, en títulos como Furia de Titanes (Louis Leterrier, 2010) o la saga de Percy Jackson (Chris Columbus, 2010- Thor Freudenthal, 2013) No sólo en películas, también es el símbolo de la productora TRISTAR (1982) Volviendo a la mitología de la madre Grecia. Pegaso está asociado principalmente al héroe Belerofonte; el único mortal que lo domó. A lomos del equino volador pudo acabar con Quimera, bestia de múltiples cabezas que aterrorizaba la antigua región de Licia (actual sudoeste de Turquía) Con su inestimable ayuda; este héroe venció también, en una batalla, a las Amazonas. Belerofonte simboliza una actitud más que complicada: la excesiva ambición. Nada le satisface. Quería ser un dios, y obligó a Pegaso a llevarlo al Olimpo, provocando la indignación de Zeus. Decidió aplicarle una drástica cura de humildad mediante un diminuto mosquito, que en pleno vuelo picó en el lomo a Pegaso. Belerofonte cayó al vacío sin morir. Zeus lo condenó a quedar lisiado, vagando solo y recordando sus hazañas pasadas. El Minotauro de Moncloa adora volar en aviones Falcon, al fin, como dijo una de sus musas "El dinero público no es de nadie". Ahora tenemos en la palestra las turbulencias del sistema software de espionaje Pegasus. El Minotauro desea domar a Pegaso para permanecer en el Olimpo del poder, sentando a los totalitarios nacionalistas y comunistas castrochavistas en la Comisión de Secretos de Estado. En vísperas de celebrarse en Madrid la Cumbre de la OTAN (29-30/06/22) ¡Que heroico!

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