Imagen.

Imagen. / Juan Antonio Muñoz Muñoz

Ante un folio en blanco cabe un síndrome característico, cuando escribir no se convierte en un ejercicio estimulante, sino que frustra con los tropiezos para componer, al menos, una aceptable obra de palabras. Remedios hay para ello, siempre que asistan algunas disposiciones y facultades para la escritura, y por eso se ofrecen cursos a propósito. Mas este panel en blanco seguro que cuenta con un texto bien inspirado y resueltamente escrito, porque el síndrome antedicho se desvanece ante los antiguos, hermosos y variopintos argumentos del municipio almeriense de Lubrín, aupado en las estribaciones de la Sierra de Los Filabres. Además, las perspectivas, los paisajes y la contemplación, que propician los lugares empinados, predisponen el curso y el relato de las palabras. También el de los hechos, si es que unos y otras no se encuentran en la materialización de la realidad. De ahí que, desde este lugar, cupieran empresas históricas, generalmente con briosas expectativas y no siempre esperados desenlaces, pues en el mayúsculo cuaderno del horizonte estaban por apalabrar las planas del devenir y las páginas animaban, que no inhibían, la escritura. Como ahora se anotará, para informativa lectura, en este cartel

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios