La tapia con sifón

Habas y calamares

Otro clásico es una buena fritada de habas con cebolleta coronada por un par de huevos fritos

Es temporada ideal de los calamares de potera, porque cuanto más fría está el agua, más se acercan los bichos a la costa. También es temporada de habas, que en nuestra tierra es larga: desde las tempranas de la costa en noviembre, hasta las más tardías en mayo de las huertas alpujarreñas o velezanas. Pocas verduras nos gustan tanto a los almerienses. Sobre todo, crudas. Las habas se consumen en muchos sitios, pero raramente las comen crudas. Ahora menos, pero hasta hace poco era habitual la tapa de habas crudas con bacalao, con tocino o solo con sal. También son habituales las habas en nuestros guisos tradicionales como los fideos -con pescado o costilla- los potajes -guisillo, gurullos, menestra-, arroces… y en un guiso con calamares que hacía mi abuela, hermano (quizá padre) de las habas con choco de Huelva. Solo que allí lo hacen con habas secas y nosotros con habas crudas. Digo que quizás el guiso onubense sea hijo del almeriense, porque en los años cuarenta del siglo XX hubo una nutrida emigración de pescadores de la costa entre Carboneras y Cabo de Gata a la zona onubense entre Punta Umbría e Isla Cristina.

Mi abuela freía 6 dientes de ajo y una rebanada de pan, y los majaba en el mortero. En el mismo aceite salteaba un kg de calamares troceados. Añadía un kg de habas desgranadas, pimienta, pimentón y el majado del mortero, una copa de coñac, zumo de limón y sal. Cubría con agua y cocía a fuego lento hasta que los calamares estaban tiernos y la salsa ligada. Si el calamar se saltea un par de minutos y luego se trocea y se echa al final, el calamar estará mucho más jugoso y tardará menos el guiso. Otro puntazo de la cocina almeriense es la tortilla de habas con los granos repelados. Si hay que pelarlos en crudo es un latazo, pero si se escaldan en agua hirviendo diez o quince segundos se pelan muy fácilmente. Y no tiene ni punto de comparación, oigan. Y más si le ponemos un toque de hierbabuena. Otro clásico es una buena fritada de habas con cebolleta coronada por un par de huevos fritos (con "puntillas", porfa). Si hay jamón de bellota, tampoco estorba, pero, eso sí, que la lumbre no toque al jamón; con el calor de los huevos es suficiente. En estos meses de temporada de habas, los podemos tomar en la Bodega Aranda. Y de aperitivo, un poco de menestra o sangre encebollada, que la bordan.

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