La tapia con sifón

Peter Sisseck en Jerez

De momento, una de las mejores colecciones de vinos jerezanos de Almería la tienen en Entrefinos

Peter Sisseck, el autor del carísimo Pingus, compró en 2017 una pequeña bodega en el barrio de Santiago de Jerez en la que Juan Piñero criaba el fino Camborio, antaño marca de Terry, y unas viñas en los pagos Balbaína y Macharmudo. Ya ha sacado su primer fino, Viña Corrales, del que será difícil pillar una botella porque casi todas han ido a parar a Estados Unidos. Esta es una historia que habrá que seguir con más detalle; ahora la traigo a colación porque ya no hay Camborio, pero el otro vino de Juan Piñero, la excelente manzanilla Maruja sigue estando en el mercado. En Almería se puede comprar en Solera Ibérica (plaza de Careaga) y tomarla en la nueva taberna de Joseba Añorga (plaza de Urrutia) con, por ejemplo, el nuevo y rico pincho de calamar en su tinta. Piensan ampliar su oferta de jereces con una marca de prestigio. Seguiremos informando.

De momento, una de las mejores colecciones de vinos jerezanos de Almería la tienen en Entrefinos (Padre Alfonso Torres): desde manzanilla La Gitana de grifo hasta joyas como un esplendente oloroso Vors (30 años) de la bodega Tradición. Tienen un rincón dedicado al jerez, al estilo de los "sherrys bar" que tanto éxito tienen en Inglaterra y USA, con todos los tipos de jerez (fino, oloroso, amontillado, palo cortado, cream y Pedro Ximénez) entre 3 y 3,50 € la copa. La citada manzanilla "de grifo" viene envasada en "bag in box", con lo que se conserva siempre libre de la insidiosa oxidación. Se puede tomar también en el Baviera (Tenor Iribarne), Aranda (Obispo Orberá) o Sacromonte (plaza de Vivas Pérez). Estos dos últimos hay más amplia oferta. En el Sacromonte tienen fino Tio Pepe en rama y "normal", y tres manzanillas: San León, Callejuela en rama y la citada La Gitana que, con unas quisquillas vuelta y vuelta no tiene rival. O el magnífico pulpo en aceite con una poderosa San León.

La veterana Bodega Aranda tiene, desde hace muchos años, olorosos, PX, etc, de la misma bodega sanluqueña Hidalgo, siempre en su punto. Un oloroso con tapa de sangre encebollada es una experiencia placentera. Xavier Domingo decía que una copa de oloroso seco con seis avellanas tostadas, media hora antes de comer, es el mejor aperitivo del mundo. Pero si queremos seguir la "norma" jerezana hay que tomar a las doce una copa de oloroso y a la una, doce copas de fino. Y una buena siesta.

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