El imparable desarrollo de la tecnología, la globalización y los nuevos entornos colaborativos virtuales están dando lugar a modos de trabajar distintos, a nuevas culturas corporativas y a un mundo interconectado, que permite desarrollar la labor profesional, sin importar la localización o el tipo de dispositivo desde el que se realice. La explosión de las redes sociales, y su influencia en la sociedad, está modificando nuestra forma de aprender y de trabajar en ella. Fruto de este cambio, cada día adquiere más relevancia el empleado del conocimiento y la innovación, el denominado Knowmad o polímata, aquel profesional que supera la necesidad de la especialización, y que con toda la información disponible es capaz de generar conocimiento para el cambio productivo. Conclusión, que el trabajador ha perdido su identidad y desconoce cuál es y dónde está la línea de progreso en la empresa. ¡Anda más perdido que un pollo sin cabeza! Pues no sabe cuáles son sus perspectivas de mejorar, que ya no es ascender dentro del organigrama de la empresa, pero tampoco quiere eternizarse en su puesto de trabajo, y desaprovechar sus conocimientos. ¿Implicará esa situación que está desapareciendo la estabilidad de las plantillas, y producir desajustes constantes de las mismas?. Y de eso no se habla.

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