STOP POLARIZACIÓN

Pienso que nuestra actual polarización, esta división patente entre todos nosotros, se debe a dos excesos

Puede que parezca una afirmación algo dogmática, pero la propongo solo como hipótesis de trabajo. Pienso que nuestra actual polarización, esta división patente entre todos nosotros, se debe a dos excesos. Si llevo razón podremos pensar en un camino para superarla. Creo que la polarización se da a dos niveles. Uno sería el nivel de los profesionales de la política. El otro, a nivel de la población en general. También creo que el segundo es una consecuencia del primero. Por tanto, la gran responsabilidad de lo que sucede recae en los primeros, aunque las actitudes de los segundos posibilitan su expansión. Los políticos tienen un exceso de ambición de poder. Esa ambición les hace jugar todas las cartas que tengan a mano, y no es la menos importante utilizar un exceso verbal plagado de consignas y carente de argumentaciones. Mensajes breves, llamativos, que calan directamente en quienes los oyen. Pero esa influencia solo es posible por el modo de ser de los que escuchan. ¿En qué consiste? Por una parte, en un exceso de verbalidad, de charla insustancial, la llamada conversación de bar, que reproduce, simplemente, lo que han oído, bien de los líderes políticos, bien de otros que ya han repetido las consignas. El otro exceso es el de la visceralidad, la emotividad, lo que revela un grave defecto: la falta de racionalidad. Y ahí radica la cuestión. Si se aplicara la racionalidad, si se hiciera patente un análisis justificado de las opiniones, entonces disminuirían la visceralidad y las emociones y no serían lo mismo las conversaciones de bar y por tanto los excesos verbales de algunos políticos perderían parte de su eficacia. Para que no me digan aquello de "médico, cúrate a ti mismo" intentaré empezar de la siguiente manera. Cuando hable de política con familiares, amigos y conocidos, sobre todo si no piensan como yo, les pediría que intentaran hacer, si es posible por escrito, una relación de las cosas positivas que han hecho los rivales políticos y otra con las cosas negativas que han hecho los propios. De esta manera se podrían hacer patentes las razones (si las hay) de las decisiones que tomamos a la hora de votar, por ejemplo. Si se hiciera una reflexión en ese sentido a lo mejor todos nos llevaríamos una sorpresa mayúscula sobre una eventual irracionalidad de nuestras decisiones. Menos emotividad, por favor. Si pudiera hacer esto por lo menos una vez…. pero no es fácil.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios