La tapia con sifón

Santo patrón hostelero

Y es que parece que los jóvenes actuales,son bastante reacios a las relaciones serias de pareja

Las noches de esta semana han sido muy tranquilas en la hostelería. El jueves, en uno de mis abrevaderos habituales se quejaban de lo floja que iba la semana, y cuando les dije que se iban a resarcir con creces a partir del viernes, por lo de San Valentín, comentó un camarero joven: "Ah, sí, el día de los tontos". Y es que parece que los jóvenes actuales, según algunos sociólogos, son bastante reacios a las relaciones serias de pareja. Además, al no ser el tal camarero dueño del negocio, le importaba menos la previsible fuerte facturación de este fin de semana que el trabajo extra que le esperaba. Porque no sé el porcentaje de parejas jóvenes que participan en el llenazo de restaurantes, bares, chiringuitos y hasta hamburgueserías, pero ese llenazo es un hecho. A los descreídos pero habituales frecuentadores de barras nos cuesta mucho encontrar un hueco. Antes salvaba uno la situación en aquellas bodegas en las que la tapa era mínima o nula y la decoración poco propicia para celebraciones de amor en pareja.

Y luego está el asunto del exceso de calorías. Ahora que ya estábamos recuperando la cintura de avispa que teníamos antes de Navidad, a base de sacrificios, ayunos y abstinencias de grasas, azúcares y alcoholes, nos metemos en el cuerpo un menú empalagoso, tanto de contenidos como de nombres cursis: corazoncitos de alcachofa (de lata), tocinillos de cielo rosa nimbados de cabellos de querubines… o productos "sugerentes": ostras, almejas y mejillones, o espárragos como los que le ofrecieron a Blanca de Navarra y que le hicieron decir "hasta daba no se qué llevárselos a la boca". Lo de las calorías tiene una solución que se puede aplicar en el mismo día de la comilona "sanvalentinera": según sesudos estudios recientes, un beso puede quemar 12 calorías o más. O sea que, echándole fuego a la sobremesa, con cien besos se soluciona el problema. Otra cosa es que sea fácil, ya lo decía Machado: "Mi vida, ¡cuánto te quiero! / dijo mi amada y mentía / Yo también mentí: te creo. / Te creo, dije, pensando: / Así me tendrá por niño. / Más ella sabe mis años. / Si dos mentirosos hablan, / ya es la mentira inocente; / se mienten mas no se engañan." Eso sí, las facturas de la cena y del regalo por "su Día" son de verdad. El lunes será otro día. Aunque haya muchos bares cerrados.

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