THE PATIENTMAN

"¿Hasta cuándo, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia?"Marco Tulio Cicerón

Me suelen decir mucho esa expresión: "sea usted paciente". Y eso que no doy muestras de perturbación. Quizás son los ademanes los que pueden llegar a engañar al ojo del otro. El caso es que esa palabra, que alude a una de las virtudes clásicas, es muy frecuente en mi vida. Suelo ver como se les pide a otras personas cuando están en manos de los profesionales de la salud: "sea paciente". Según la RAE, en una de sus acepciones, la condición de paciente la adquieren quienes esperan, pero también los que tienen capacidad para tolerar la adversidad.

Una persona paciente es la que soporta, podríamos decir, porque esa es la definición clásica de la virtud: la persona que se enfrenta al mal y no se deja dominar por el. Por ende un paciente es el que posee paciencia. Pero la OMS le dio otro significado, basándose en el origen latino, y no en el griego anterior. Del latín pati/patior el paciente es el que tiene una enfermedad y por la que recibe atención médica. No obstante ambos orígenes se solapan porque un paciente (enfermo) se encuentra en su vida con la necesidad de ser paciente. A lo largo de la historia se han hecho reflexiones y se han gestado obras de arte sobre esto. "Vestíbulo de un hotel" un film de Edward Hopper, en 1943, ejemplifica esta situación. En ella se ensalza la necesidad de estoicismo contra la espera. Aunque hay otra visión en Marco Tulio Cicerón. Cuando dice: "Quosque tándem abutere, Catilina, patientia nostra? (Hasta cuándo, Catilina, vas a abusar de nuestra paciencia?", nos dice que la clave de la paciencia está en saber con exactitud el tiempo que falta para que concluya una situación -el problema es que esto es difícil de averiguar-. Siguiendo el hilo de todo lo dicho, y en referencia a la expresión que veo a diario "sea usted paciente", si tuviéramos que aconsejar a alguien cómo adquirir esa condición apuntaría a dos grandes cuestiones: por un lado la explicación de la situación que lo alberga; y por otro el aprendizaje de pautas para evitar la frustración, que es la desconfianza en uno mismo. De alguna forma cuando hablamos de paciencia en realidad estamos hablando de confianza en uno mismo.

La persona paciente tiene más seguridad interior y puede enfrentarse mejor al devenir. Y esto se puede aprender, por si alguien es presa de su carácter. Ser paciente es, de alguna forma, tener un control muy bueno de sí mismo.

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