Lo del asalto a la valla

¿Por qué se produjo la avalancha? Esa es la cuestión. Y la respuesta es bien sencilla: esas personas no tenían permiso para pasar la frontera

¿y si no se hubiera producido ningún muerto en territorio español? No es un contrafáctico, ni nada que se le parezca. Sabemos lo que pasó cuando, a poco de producirse el asalto a la valla, ya se sabía que había al menos 23 muertos (si bien se decía que al otro lado de la frontera): se emitieron cuatro gemidos, se derramaron dos lágrimas y allí quedó todo. Solo se encendieron las alarmas cuando un reportaje de la BBC puso de manifiesto que hubo al menos un muerto en el lado español de la frontera y entonces empezaron los análisis detallados de las imágenes disponibles para confirmarlo y empezar a pedir responsabilidades. ¡Ha habido un muerto en territorio español! ¡Eso es algo inasumible y que los españoles no podemos consentir en modo alguno! Y se exigen explicaciones de cómo pasó. La posición del Ministro del Interior, encastillado en negar que sí se produjo esa muerte, no ha sido ni la más prudente ni tampoco la más honesta. Si está tan claro que ese cadáver sí estaba en "nuestro" lado, debe reconocerse, y el Ministro debería hacerlo en primer lugar. Y una vez que se hubiera hecho ese reconocimiento ministerial ¿estaría ya todo resuelto? Incluso si dimitiera el Ministro ¿podemos cerrar página? ¿No ha pasado nada? Para mí esas preguntas son retóricas porque tengo una respuesta clara. Es evidente que no podemos cerrar página y sí han pasado muchas cosas. Esas cosas tienen unas razones anteriores que serían una cierta explicación de lo sucedido. ¿Por qué se produjo la avalancha? Esa es la cuestión. Y la respuesta es bien sencilla: esas personas no tenían permiso para pasar la frontera, tenían vedado el paso, y tuvieron que intentarlo por la fuerza. Todo lo demás es pura retórica. No pueden pasar la frontera porque no los queremos aquí. Y ellos necesitan entrar en Europa, y el paso está por España. Y somos los vigilantes del sur de Europa para evitar que lleguen. Si estamos de acuerdo con ese papel asignado, rasgarse ahora las vestiduras es un acto de pura hipocresía. Los llantos que se han escuchado vierten solo lágrimas de cocodrilo. Simplificando, solo caben dos opciones: o se eliminan las fronteras o se mantienen rechazando por la fuerza si es necesario cualquier intento de pasar sin autorización. Hay que elegir, porque los que esperan en el monte Gurugú no pueden más porque los trámites burocráticos para conceder autorización posiblemente no lleguen nunca y tienen hambre.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios