Cada día que pasa la bola se hace más grande. La presunta trama de Koldo García parecía que iba a salpicar sólo a él, pero según van pasando las horas conocemos nuevos titulares con escándalos todavía más potentes que los anteriores. Imagino que Sánchez no sabe dónde meterse y más viendo titulares y fotos en las que su mujer aparece con algunos investigados. Una historia que se está convirtiendo en la propia Camorra italiana con reuniones y comidas para sacar pasta de donde sea. Ábalos quiere seguir con la batalla y llorar por los platós de televisión. Algo se olió el jefe y por eso se lo quitó de en medio en su día. Pero el capítulo de Armengol en el caso suena muy mal y lo triste es que es la tercera autoridad del Estado. Compra de mascarillas, supuestamente, que sabía que eran defectuosas. Como diría Pedrerol: ha quedado totalmente ‘retratada’ como política y, para colmo, como farmacéutica que es. También los medios apuntan, presuntamente, a una de las manos derechas de Sánchez, María Jesús Montero. Al pobre Sánchez le están saliendo rana sus elegidos. Claro que el PP está aprovechando todo este impulso y el Gobierno intenta llevarlo al tema del hermano de Ayuso. Un poco ridículo sabiendo que la causa está archivada, aunque tampoco debe Ayuso presumir de ello. En esta historia no hay que estar ni con unos ni con otros. Lo que sí está claro es que una vez más a Sánchez les resbala todo, aunque los papeles publicados sean de un calibre enorme. El nivel de pachorra llega a niveles estratosféricos. Estamos ante un tipo que se mira su ombligo a pesar de todo el escándalo creado. Muchos nombres y altos cargos metidos en el ajo. Nervios hay, de ahí que sus socios hayan estado callados. Por ejemplo ¿dónde está Rufián? Miren que el portavoz de ERC es duro y vertiginoso contra todo tipo de corrupción. Lo mismo ocurre con Miriam Nogueras o Mertxe Aizpurua. Todos callados. Eso sí, Yolanda lo ha intentado pero ya el lunes pasado no puedo más y habló claro. La gallega sigue con el sueño de convertirse en la líder de la izquierda. Como siempre digo, la vida política que vivimos cambia más que un capítulo de 20 minutos de Netflix. Mañana es un día clave en el que se verá si la legislatura se acaba o el farragoso capítulo de la amnistía continúa. Igual son amnistiados en un futuro los investigados por el ‘Koldogate’, ¿quién sabe?

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