El callejón del gato

Una crítica beneficiosa

Con sus intervenciones partidistas y chaqueteras, la derecha pretende apropiarse de la figura del rey en exclusiva

Cito textualmente: "La posición de una monarquía hereditaria que maniobra contra el Gobierno democráticamente elegido, incumpliendo de ese modo la Constitución que impone su neutralidad, mientras es aplaudida por la extrema derecha es sencillamente insostenible". Son las palabras que Alberto Garzón ha lanzado en un comentario en redes sociales, criticando la llamada del monarca al presidente del Consejo General del Poder Judicial. Donde otros ven un ataque a la monarquía parlamentaria por la que merece ser cesado el ministro de Consumo, yo veo una crítica constructiva que puede ser muy beneficiosa para Felipe VI. En un artículo reciente manifesté que si alguien le hubiera parado los pies a su padre Juan Carlos I en los primeros tropiezos, hoy no se vería "desterrado" en tierras del moro y no pasaría a la historia con la mancha de sus devaneos amorosos pagados con presuntos trapicheos financieros de dudosa legalidad. En el twtter de Garzón no aparece la palabra felón ni ningún otro insulto contra la persona del jefe del Estado y, aunque es evidente que se refiere a la llamada de Felipe VI al presidente del CGPJ, ni siquiera cita su nombre, sino que es una crítica en términos generales sobre una utilización inadecuada de las instituciones. Una crítica hecha con fundamento no tiene por qué ser perjudicial para la persona a la que va dirigida sino todo lo contrario. Y en este caso concreto el Rey parece haber tomado nota cuando ha tratado de quitarle importancia a los hechos respondiendo que sólo fue una llamada de cortesía. Semejante respuesta de la Casa Real demuestra que la crítica de Garzón ya ha producido efectos positivos. Quienes están perjudicando a la monarquía parlamentaria son los aduladores de la derecha cada vez que abren la boca en defensa de Felipe VI patrimonializando su figura. "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado", dice el apartado segundo del artículo primero de la Constitución. Es por tanto del pueblo español, representado por partidos políticos de distintos colores, de quien depende que la forma política del Estado sea la monarquía parlamentaria. Con sus intervenciones partidistas y chaqueteras, la derecha pretende apropiarse de la figura del rey en exclusiva y nada perjudica tanto a la monarquía parlamentaria que la utilización de la figura de Felipe VI como si fuera el adalid del tripartito de la plaza de Colón.

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