La decisión por parte del Ayuntaiento de Almería de suspender la tan esperada Feria de Almería, duela a quien duela, que evidentemente es a todos los almerienses que ya necesitan volver a una cierta normalidad, como para los empresarios que tienen en este evento buena parte de sus ingresos; es acertada. Y lo es por la situación derivada de la crisis sanitaria de la COVID-19 que, lejos de lo que cabía esperar para esta época del año y con el proceso de vacunación muy avanzado, no es para nada buena. Por lo tanto, es lo más prudente, sensato y coherente por parte de la administración municipal. Ahora solo falta que el resto de la sociedad actúe en consonancia. Sí, con prudencia, sensatez y coherencia ante una situación sanitaria que arroja cada día malas noticias y un mal poso. Una sensación de que podemos hacer las cosas mucho mejor y de que si nos esforzamos un poco más somos capaces deshacer lo que tanto ha costado conseguir y volver a lo peor del pasado año 2020.

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