CON ACENTO ANDALUZ

Eres "deejay" si...

Cuando nos vean, consideren a los artistas ante todo como profesionales; y, luego, si lo desean, ahonden en la persona

Eres Dj (disc-jockey - deejay)? ¿Nunca has tomado drogas? ¿Ninguna? ¿Seguro? Bueno, pero algo 'loquillo' seguro que eres... y un mujeriego también".

Queridos lectores y lectoras, la expresión que les he ofrecido arriba, sinceramente, es un promedio de la cantidad de consultas indiscretas, y repetidas hasta la saciedad, con las que me encontraba, noche tras noche, cuando me dedicaba profesionalmente a aquello del "mundo nocturno", hasta que no pude compatibilizar el "negro" con el "blanco", y tuve que tomar la difícil pero certera decisión de aprovechar la noche para el ocio.

Les soy muy sincero, no solo me encantaba trabajar de pinchadiscos, sino que me apasionaba mi función musical y todo lo que podía entregar al público que tenía delante.

Es cierto que inicié mi carrera en cabinas y, por tanto, en el arte del mezclaje (definido de forma muy abstracta y general) con sonidos más contundentes, enérgicos y rápidos; pero jamás ("jamás") admití esa relación que ciertas personas nos imponían, de forma global, a quienes nos convertíamos en el alma de la fiesta.

Me sentía invadido por una falacia secundaria al efecto adverso de la personalidad y las formas de vivir de unos pocos individuos que, queriendo o no, acabaron cayendo en la insignia del trastorno, la enfermedad, la debilidad o el vicio más penoso conocido en sí.

No me dolía en absoluto, pero sí me resultaba la mar de curioso ese "loop" (bucle) eterno con el que me topaba muchas noches en la oreja izquierda (la derecha estaba ocupada por "los cascos").

Salvo lo de que me gusten las mujeres, creo que algo muy normal siendo heterosexual, el resto se me hacía realmente oscuro, indigesto y pesado.

Hoy en día, por suerte, desde mis lentes (oídos, perdón), parece que ello ha quedado enmarcado como un simple mito. No amigos y amigas; no generalicen nunca; son muchos los "deejays" que cumplen y disfrutan su trabajo como profesionales, y personas en sí, verdaderamente "sanas".

Algunos ni siquiera toman una gota de alcohol (no es mi caso tal extremo) y otros hasta han salido a la palestra anunciando su rotundo rechazo a las drogas, mediante campañas de apoyo a la educación.

Cuando nos vean, consideren a los artistas ante todo como profesionales; y, luego, si lo desean, ahonden en la persona, pero sin estólidos prejuicios de antemano.

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