El callejón del gato

La derecha y el fantasma de ETA

El Fantasma de ETA se ha convertido en el comodín que utilizan los partidos de la derecha

Estoy pasando unos días en el País Vasco a donde suelo venir un par de veces al año desde hace casi medio siglo. La situación ha cambiado tanto en relación con el ambiente que se respiraba en aquellos tiempos que, salvo el paisage, parece que estàs en otro país. La diferencia se debe a la desaparición de ETA. Entonces la presencia de ETA dominaba en el \ambiente, hasta el punto de que tenías que medir las palabras si mantenías una conversación con personas a las que no conocías lo suficiente como para expresarte con libertad. Incluso si aparecía la noticia de un atentado en la portada del periódico evitabas hacer algún comentario condenándolo delante de cualquiera. Si alguna vez fui conduciendo por carreteras con poco tráfico, se me venía a la mente la noticia de unos etarras parando un coche, subirse en él y salir chutando después de haber dejado al dueño del coche amarrado a un árbol. No ibas tranquilo conduciendo por una carretera solitaria. Tampoco era agradable encontrarte con una pareja de policías o guarda civiles cuya presencia en las carreteras con el fusil montado era una imagen cotidiana, pues no pasaban cincuenta kilómetros sin tropezarte con una pareja vigilando. Aminorabas la marcha en precaución para que no te parasen ya que, en aquellos tiempos, aunque no tuvieras nada que ver con los terroristas, cualquier desliz conduciendo podría ser sospechoso. Lo dicho, entonces tenías que andarte con cuidado si mantenías conversación en una tertulia, y si por cualquier circunstancia circulabas por una carretera secundaria, ibas con el alma en vilo, como se suele decir. Han pasado más de diez años desde que ETA dejó de existir, su presencia permanente ha desparecido y aquellas precauciones han pasado a la historia. Vi luciendo en el escaparate de una librería la novela PATRIA de Fernando Aramburu que describe con precisión lo que era ETA y, por una asociación de ideas, me trajo a la memoria los atentados que sufrió la librería Lagun de San Sebastián, porque no se sometía a los dictámenes de la banda terrorista. Es solo un detalle, pero muy significativo. Hoy ETA ha desaparecido del mapa gracias a la intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba durante el gobierno de Rodríguez Zapatero y con el beneplácito y colaboración de todas las fuerzas políticas. Únicamente sale a escena cuándo el Partido Popular, VOX y Ciudadanos invocan su presencia para hacer oposición al Gobierno. El Fantasma de ETA se ha convertido en el comodín que utilizan los partidos de la derecha para oponerse a cualquiera de las leyes sometidas a su aprobación en el Congreso de los Diputados, lo mismo sea para regular la eutanasia, que para elevar a mil euros el salario mínimo.

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