La paradoja del pin

Hay problemas más urgentes en el mundo educativo de los que nadie dice nada. Deberíamos hablar de ellos

Hasta hace poco el PIN era el nombre con el que llamábamos al código que nos daba acceso a nuestro terminal de telefonía móvil. Ahora es una polémica aparecida desde que un partido político defendiera el derecho de los padres a decidir algunos aspectos de la educación de sus hijos en los centros educativos. Esto generó la reacción de otros partidos en la alegación del derecho de los hijos a recibir una educación por encima de sus padres. Los aspectos de esta polémica no son tan sencillos como parecen. Se ha dicho que tiene que ver con estos temas, que yo siempre voy a defender: una formación en derechos humanos, la prevención contra el racismo y la intolerancia, la lucha contra la violencia de género y los derechos del colectivo LGTBI. No creo que pueda haber debate sobre la importancia de estos temas en el entorno educativo actual. Estos asuntos deben formar parte de recorrido educativo del alumno. No obstante el PIN parental abre un debate que trasciende de estos temas y que oscurece a los otros problemas educativos sin resolver. Para empezar no es saludable que exista una colisión de los derechos entre los padres y los hijos. Unos, otros, y los profesionales, son los pilares básicos de la educación. En lugar de colisión debe haber acuerdo y negociación: reuniones programáticas entre padres y profesores según las necesidades locales. Separar a los padres del proceso educativo no puede ser más que un gran error. Por otro lado la aplicación legal educativa no puede ser un experimento de algunos educadores, según su criterio subjetivo, sino una actividad controlada por las instituciones en todas las comunidades autónomas bajo unas directrices comunes. Es más, los contenidos educativos deben ser iguales en todo el territorio nacional, cosa que no ocurre. Hay además más problemas que el PIN en el mundo educativo. Está el elevado fracaso escolar, la ausencia de fomento a la creatividad al alumnado, la carente formación en valores y en humanidades, el descontrol de algunos tribunales de oposición, la negación a la revisión de examen de oposición de forma pública. En fin, como dije antes, el PIN parental es un debate más profundo que la mera vinculación a unos temas concretos y, como venimos diciendo, hay problemas más urgentes en educación. Creo que de la educación habría que hablar más pues el instrumento más poderoso para construir el futuro.

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