Un político como Garzón

Garzón con sus sentencias hacía política pero no porque siguiera instrucciones ajenas a su cargo sino porque seguía a su conciencia

N O es ninguna exageración. El que fue juez Garzón para mi ha sido uno de los mejores políticos de este país. No es necesario estár en un escaño o tener un cargo publico para hacer política. Ni siquiera es imprescindible estar en un partido. La politica, huelga decir más allá de los sobreentendidos, es una reflexión sobre la gestión pública y el ejercicio práctico posterior. No tiene porque haber una liturgia ni una institución sacra tras el ejercicio político. El juez Garzón, con sus sentencias, independientes de los gobiernos con los que coincidió, hizo más política que algunos cargos públicos; ordenó el contexto y además hizo justicia con la historia. Amén de que su instrumento no era el habitual, sus resultados lo situaban entre los grandes políticos heterodoxos españoles -lo cual es bueno-. Algún día tendrán que reconocer que fue un gran político como reconocieron que Nietzsche fue un gran filósofo, a pesar de que estudio filología y no filosofía. Por eso la ONU ha declarado recientemente que su desaparición de la vida pública fue injusta. Y este es otro de los casos en el que lo español es más valorado fuera su terruño que dentro. Garzón tenía espíritu cervantino porque aspiraba a la justicia social a pesar de las circunstancias. Tenía el valor de nuestro mito fllosófico español: El Quijote. Y además tenía cierta analogía con los jueces medievales de Castilla, elegidos por el pueblo y preferidos por los ciudadanos en un pleito antes que los de la Corte Leonesa porque eran más cercanos a la gente. Por eso es justo afirmar que su actividad judicial fue politica, pero no porque sugiera instrucciones de alguna organización -incluida aquella con la que tuvo un vínculo- sino porque seguían las que dictaba tan solo su conciencia, algo de lo que carecen algunos políticos actuales. La ONU le ha sabido dar el lugar que la España del odio y el rencor no puede, una España que él estaba arreglando hasta que lo anularon. La España de la envidia y la doble moral invalida a las grandes mentes. Pero este artículo no pretende cuestionar ni a las personas ni a la institución que lo inhabilitó. En absoluto. Todo lo contrario el texto aspira a rebatir al pueblo que le hizo un juicio paralelo y que le perdió la confianza. Ese es el sentido que yo le doy a lo declarado por la ONU. El juez Garzón se merece un poco el favor del pueblo y su solidaridad.

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