El medio y el ambiente

No le pongáis puertas al campo

En todo caso, me gusta más el sistema de Madrid, en el que los músicos no pagan nada y pueden ir cambiándose de un lugar habilitado a otro

He leído que el Ayuntamiento de Almería ha o está elaborando una norma según la cual los músicos que quieran deleitar a la ciudadanía con las dulces notas de su instrumento musical, van a tener que hacerlo dentro de un cuadrilátero delimitado con pintura en el suelo público. Dado que alguien ha previsto actuaciones diferentes, los cuadriláteros serán de diferentes medidas, y les supondrá a las arcas municipales un ingreso de 80 céntimos de euro por m2 de espacio usado. Lo que no sé es cada cuánto tiempo se paga ese 0,80 €. Además, para no molestar a los vecinos, no podrán usar amplificadores. Consecuencia ya nos hemos perdido las guitarras eléctricas y el antiguo y súper conocido espectáculo en el que una cabra se encaramaba a lo alto de una torre de taburetes, porque este espectáculo estaba dotado con un amplificador ingeniosamente instalado.

Ahora bien, dada la vivacidad y el volumen al que se interpretan algunas canciones como Can Can, Jarabe Tapatío, La cuenta atrás final u Obertura de Guillermo Tell? ¿podrán interpretarlas en esos espacios libres delimitados? ¿Y qué me dicen de un sólo de batería? Lo que tampoco conozco es si podrán sonar los acordeones, por su potencia sonora.

Por otra parte, se me ocurre que, si pagan los 80 céntimos antes dichos, ya no están en precario. Ya tienen un derecho de uso y casi, casi, un contrato de arrendamiento de local de negocio. Es decir, se mezcla el arte urbano con el negocio puro y duro. Se está mercantilizando el arte: ¡error! El arte urbano, callejero, debe dar al artista posibilidad de ejercer la libre expresión. De esta manera que el Ayuntamiento de Almería propone, en realidad lo que hace el Ayuntamiento es amordazar al artista. No hombre, no. En el equipo municipal hay artistas que deberían defender la capacidad creativa e interpretativa del artista: la interpretación es libre. Si al intérprete le viene la inspiración para tocar una pieza un poco más alta que en otra ocasión, como sabe que lo están controlando, se autocensurará. En todo caso, me gusta más el sistema de Madrid, en el que los músicos no pagan nada y pueden ir cambiándose de un lugar habilitado a otro, cuando los vecinos protesten o cuando a ellos les apetezca. También es cierto que por el principio de Alcalá escuchas con frecuencia a Vivaldi interpretado por muchos cuartetos, pero como lo hacen bien, pues no te cansas. Por otra parte, no están confinados en un cuadrilátero, no hay nada pintado en el suelo. Sería feísimo ver a los músicos dentro de …. ¡Música es libertad!

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