El callejón del gato

Se trata de los presupuestos

La democracia señores, la misma con la que se aprobarán unos presupuestos buenos para España

Lo de menos es el contenido del proyecto de ley de los presupuestos que el gobierno ha presentado en el pleno del Congreso de los Diputados, cualquier motivo es bueno para montar la bronca con argumentos tan manidos como el socialcomunismo, los separatistas que quieren romper España, las polémicas con la monarquía o cualquier otra cosa que venga a pelo en ese momento. Qué hartura. Cómo se explayaría Pablo Casado en la tribuna, y su grupo jaleando, para que Espinosa de los Monteros pidiera a sus colegas que "no repitieran el espectáculo bochornoso", pero lo cierto es que cuando empezó a hablar, el diputado de VOX tampoco se quedó corto. Hasta aquí los fieles seguidores de la política de Montoro: "Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros". Inés Arrimadas, entre la espada y la pared, no sabe por qué camino tirar para mantenerse en el escaño después del batacazo de Ciudadanos, y, al margen de lo que se establezca en la ley de los presupuestos, pone como condición disponer ella sola qué grupos parlamentarios deben votar a favor para unirse al grupo. Lo tiene difícil tratándose de unas atribuciones que no están previstas en el Ordenamiento Jurídico. Y luego están los prebostes del PSOE que no pierden ocasión para poner piedras en el camino a Pedro Sánchez, presidente del partido con el voto de las bases, y presidente del Gobierno con el voto de una mayoría parlamentaria. La democracia señores, la misma con la que, previsiblemente, se aprobarán unos presupuestos buenos para España. En sus intervenciones no dedican ni una sola palabra para analizar la ley presupuestaria, sino a la procedencia de los votos que posibilitarán su aprobación. García Page dice que el voto del Bildu no tiene un pase, a Susana Días no le gusta que Bildu apoye los presupuestos y Fernández Vara irá a la farmacia a buscar un antiemético para pasar el trago. Ninguno muestra el menor interés porque se aprueben unos presupuestos que garanticen la permanencia en el gobierno del partido al que pertenecen. La vigente ley de Montoro data del año 2018 y no parece que les importe un higo que se prorrogue un año más. Lo único que dicen que les preocupa son los compañeros de viaje, como si en lugar de unas votaciones en el Congreso de los Diputados para la aprobación de la nueva ley de Presupuestos, donde cada partido tiene libertad para votar lo que considere, se tratara de confeccionar la lista de invitados a una barbacoa, si se diera el caso.

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