Una de las frases más populares que una madre puede decir a un hijo es la de “no te confíes”.

Eso mismo podría haberlo recordado el PP en su última semana de campaña. Esos siete días antes de ir a las urnas han sido clave para que el voto a favor de los populares diese un vuelco en toda regla.

La estrategia de Génova ha sido catastrófica. Feijóo lo tenía perfecto para convertirse en el nuevo presidente del Gobierno pero, como dije en este diario hace dos semanas Sánchez es como el Ave Fénix.

No puedes ir a mítines sin ir a matar y en una semana principal dejar de ir a un debate donde el único que podría darte votos sea comido por Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. Los pactos con Vox en los gobiernos de diversas autonomías han sido la esencia de todo esto. Las peleas en Extremadura y los in extremis de Valencia han supuesto el hundimiento íntegro de los populares.

Con lo sencillo que hubiera sido haberlo hecho después del 23J, porque podrían. Miren en Navarra, el PSOE sigue callado a pesar de que habrá un pacto con Bildu para gobernar la Comunidad Foral. Un fallo tras otro.

En esto el PSOE ha sido inteligente y ha jugado con el miedo de que “llega la extrema derecha”. Para colmo, los de Abascal han actuado perfecto para darle carne a los de Ferraz. Me refiero a quitar banderas LGTBI, apartarse de pancartas de mujeres asesinadas por sus parejas o censurar películas u obras de teatro del siglo pasado.

Esta ideología ha sido principal para que los votantes del PSOE que iban a dar una oportunidad a los de Génova 13 finalmente depositaran su papeleta para Sánchez. Y es que se hablaba de que cerca de 600.000 votantes del PSOE habían pensado votar a la gaviota. Ahora nos toca ver cómo Puigdemont pone entre las cuerdas a los socialistas para que acepten su reelección como presidente. Mientras, Feijóo sufrirá la presión por los gritos de ¡Ayuso, Ayuso!, algo parecido le ocurrió a Pablo Casado y miren cómo terminó.

Podemos ver de nuevo el ‘Frankenstein’ con un Senado en mayoría de absoluta popular o una repetición de elecciones en plena Navidad. Al final el mejor aliado del PSOE ha sido Vox para enfrentar a la derecha y provocar el miedo perfecto para obtener lo votado.

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