Las verdades joden

El desgobierno plurinacional va a constituir un comité de comisarios políticos que fiscalizará las noticias

Estamosen una espiral política nada halagüeña de tiempos oscuros, de tribulaciones de toda índole asocial, y a la vista de las circunstancias los fake news, que realizan los propios gestores políticos cuando les interesa, ellos que están por encima del bien y el mal. Para ello, el ínclito desgobierno plurinacional va a constituir, esta vez verdad, no como la del Covid-19, un comité de "comisarios políticos", que fiscalizará, sí las noticias o críticas difundidas por los medios de comunicación social y redes sociales le son de su agrado o no, y sí se ajustan a la verdad política autorizada gubernamental o, de lo contrario, serán censuradas esas presuntas desinformaciones.

La semana no ha tenido desperdicio alguno a nivel de tiranicidio en las intervenciones políticas, la única verdad absoluta que debe ser aceptada, sin objeción alguna sobre el firmamento español, y la deducción es que vamos camino hacia un totalitarismo marxista, al atrofiar la gobernanza y la gestión pública, con normas legítimas por el número de votos pero no legales, al estar revestidos estos votos de minorías antagónicas que odian a España.

No teníamos suficiente, tras 40 años arrinconando al castellano en diversas regiones, ahora la progresía no academicista, le da el beso de Judas Iscariote y deja en el rescoldo de las tibiezas a Don Quijote de la Mancha por no poder cumplir para todos los españoles, que el castellano es la lengua española oficial del Estado y tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

Las conclusiones de la semana son para abrirse en cruz y rezar bajo palio un Réquiem. Un país disolviéndose, que ha relativizado el Derecho Constitucional, mediante normas a la carta, y que no solo lo han descalabrado con motivo del rojizo coronavirus con miles de fallecidos, sino quieren controlar el aire independiente que respiran jueces y fiscales, el pensamiento de la prensa, sin seguridad jurídica y ciudadana a pie de calle, sin protección a las empresas, a los autónomos, mayor precariedad laboral, sin protección a la libertad sanitaria y educativa, y la medida estrella, subidas de impuestos.

En fin, dirán que es ficción, pero que se lo digan a Cáritas, Bancos de Alimentos, Cruz Roja, Cofradías y Hermandades, Rotarios y otras entidades altruistas, que la pobreza extrema en España ha llegado a 10.000.000 millones de personas, bastando ver la televisión con largas filas de desesperadas almas, que esperan recoger víveres para poder sobrevivir.

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