SD Amorebieta I UD Almería I La crónica

Al Almería también le va el barro (1-2)

  • Los de Rubi pasan de ronda copera en el complicadísimo campo de Urritxe donde los rojiblancos tuvieron minutos de buen juego y otros para defenderse con gallardía

  • El césped, levantado y embarrado, propició otro partido de fútbol noventero, donde Makaridze pagó el pato con un bote indeseado que permitía el momentáneo empate local 

  • Minuto a minuto

Babic se lleva un balón en defensa.

Babic se lleva un balón en defensa. / UDA

No era un aguinaldo lo que se le presentaba al Almería en esta segunda ronda copera. Amorebieta, campo pequeño y blando (en Liga juega en Lezama, pero en Copa le permiten volver a su casa), frío, mitad de la semana a escasos días de las vacaciones, viaje a Lugo a la vuelta de la esquina... Un suplicio en la agenda a la que Rubi dio importancia, pese a que lo que da de comer es el fin de semana.

Como en El Rubial, el míster alineó un equipo mixto, un once con caras importantes para tratar de vencer al primer equipo que le había derrotado esta temporada: el Amorebieta. Al igual que en El Rubial, en Urritxe esperaba un campo de los de toda la vida, con claro sabor norteño: barro en las áreas, vallas metálicas, fondos ubicados sobre un cerro de tierra... Una nueva vuelta al fútbol de los noventa, un alejamiento del día a día superprofesionalizado. Tenía su encanto ver al Almería en esa tesitura, hacía recordar a sus antecesores, Poli y Club de Fútbol. Incluso al Mármol Macael en Las Nieves.

Campo pequeño, fútbol directo de inicio. Así comenzó a acercarse el Amorebieta a la portería de Makaridze en los primeros minutos. Los centros laterales volaban con más peligro de lo que lo hacen en Lezama. En el primero, Orozko a punto estuvo de hacer el primero. Poco después, Amorrortu se marchó con un gran quiebro de Robles y su rosca con la zurda se marchó rozando el palo. 

El Almería quiere tocar

No había salido mal el Almería, quería tocar pero era difícil en un césped donde parece que habían pastoreado en la previa del choque. Los de Rubi querían practicar su fútbol habitual, no se empecinaron en llegar rápido, sino que querían trenzar. Mira que es difícil estar enchufado en un contexto así, pero el equipo lo estaba. Prueba de ello es la buena combinación que finalizó en el 0-1: pase interior de Appiah al desmarque de Nieto, profundiza y pone el pase de la muerte a Sadiq, que pelea con insistencia por hacerse con la posición en el primer palo. Toque suave y gol celebrado con mucha alegría por el equipo. Como en Liga, los indálicos se habían adelantado. Ahora tocaba no cometer los mismo errores que en esa tercera jornada, también con Makaridze en portería.

El arreón inicial de los locales se había sofocado con el gol rojiblanco. La primera parte parecía bastante controlada, Robertone y Curro tuvieron dos buenos disparos desde la frontal para haber ampliado la distancia, aunque en un campo como Urritxe cualquier balón cercano al área se convierte en peligroso. Amorrortu fue capaz de sacar un punterazo entre una isla de piernas para estrellar el balón en el palo. Se había salvado el Almería a falta de pocos minutos para el descanso.

El sorteo de la siguiente eliminatoria tendrá lugar este viernes a las 12:30 en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas

Como corresponde a un campo en el que los aficionados pueden agarrar del brazo al línier, el comienzo de la segunda parte fue un bombardeo constante de ocasiones locales. No habían pasado ni 15 segundos, cuando el primer balón colgado acabó en los pies de Amorrortu que chutó al muñeco ante la buena salida de Makarizde. Acto seguido, banderín levantado al cielo para anular por fuera de juego el empate. El arreón inicial del Amorebieta estaba creando serios problemas.

Por desgracia para él, Makaridze iba a volver a ser protagonista como en Lezama. Ésta vez con dosis de mala suerte, puesto que el disparo de Orozko le botó como un conejo a un metro de su posición, y le superó para establecer el empate. Fue jugada total de fútbol noventero, con disparo flojo y terreno de juego que lo envenena. Además, la acción arranca en un fuera de juego, que en las repeticiones parece claro del autor del tanto.

Gran individualidad de Appiah

Poco duró el 1-1 en el luminoso. Lo que tardó Appiah en recorrerse medio campo. El inglés puso la directa, condujo como buenamente pudo un balón que saltaba en cada toque, pero consiguió conectar un potente disparo al primer palo que batía a Saizar. Mucho mérito en la acción con la que el zurdo ponía el 1-2, es fácil ponerle velocidad a una contra en un tapete verde, pero endiabladamente complicado hacerlo entre pequeños montículos de tierra mojada y césped.

Faltaban 15 minutos y Rubi movía el banquillo para refrescar la zaga. Sin cambio táctico, entró Martos para tratar de cerrar la banda izquierda y tener algún centímetro más para defender el balón largo. Tocaba montar el autobús, como Maguregui en sus tiempos, y subirse en la moto si se presentaba alguna contra, como hizo Nieto para asistir a Villar, que chutó fuera. El Amorebieta se había volcado. La defensa se fajaba como gato panza arriba, tal cual se defiende en las categorías modestas del fútbol español. Ese nerviosismo provoca que las victorias sepan mejor. Es cierto que ponerse el mono de trabajo provoca un desgaste físico importante de cara a Lugo, pero el pase copero afianza la dinámica inmaculada de los de Rubi. A seguir soñando tanto en Copa como en Liga.

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