El algoritmo. Se suele nombrar así, en singular, como si fuera un personaje. No solo no es "un", hay miles, sino que están elaborados por unos cuantos individuos que, mediante el cálculo de probabilidades, obtienen un resultado que se presenta como objetivo e imparcial, aunque en realidad depende de las ideologías y de los intereses de los que los elaboran y, sobre todo, de los que los encargan, que son los que gobiernan nuestras vidas. Teniendo esto tan claro, proponemos al alcalde que encargue un algoritmo para las elecciones municipales, que queda menos de un año. Si los "algoritmeros" lo hacen bien, tendrá garantizada la mayoría absoluta. Para eso hay que elegir las variables a tener en cuenta. Nosotros, modestamente, proponemos unas cuantas que pensamos -como almerienses de toda la vida- que son relevantes para muchos ciudadanos (y disimulen la manera de generalizar). Si acertamos, el algoritmo le dará de nuevo la vara de mando a Fernández Pacheco; o a quien designe como su sucesor/a.

Vamos al grano. Las variables que entendemos fundamentales son:

-Dimensiones de las terrazas de los bares. Con la pandemia se ampliaron hasta el límite físico para evitar que pasaran hambre nuestros amados hosteleros. El alcalde dijo que volverían a su tamaño legal cuando volviera la normalidad. Ya no hay restricciones de ningún tipo, y las mascarillas han caído. ¿Volverán a su tamaño anterior? Creemos que el peso de esa decisión en el algoritmo puede ser al menos de un 60 %.

-Patrullas de policía municipal. Intuimos que ahora hay pocas, porque cuando llamamos por alguna incidencia, nos suelen decir: "cuando la patrulla esté libre la mandaremos". El "la" mosquea un poco. Peso en el modelo: 3,3 %, ya que el personal está acostumbrado a semejante respuesta.

-Cagadas de perro. Según zonas y horas del día varía bastante su número, pero los paseantes habituales dicen que en los últimos meses ha habido un incremento descomunal. Peso estimado para el algoritmo: 13,8 %

-Procesiones. Después de dos años en blanco, se están recuperando: casi tocamos a una por semana, sin contar la Semana Santa. El peso en el algoritmo varía: si el votante vive en el centro, el porcentaje estará entre el 0,3 y 0,33 %. Entre devotos, cofrades y fiesteros en general, la cifra sube hasta el 25 o 25,2 %.

Nótese que solo con estas cuatro variables, ya tiene el alcalde/alcaldesa el sillón garantizado. De nada.

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