Qué pelmazo con BILDU. Con Pablo Casado, no había debate en el Congreso de los Diputados sin que BILDU saliera a relucir. Lo mismo daba que se tratase de una intervención para oponerse a la ley de Educación, que para rebatir la reforma de la Ley Laboral. Cada vez que Pablo Casado o alguno de sus palmeros abrían la boca, BILDU siempre estaba presente. Salvo la invocación a BILDU y una retahíla de insultos a Pedro Sánchez, no se recuerda un argumento de Casado exponiendo con detalle las cuestiones que justificasen su oposición a cualquiera de las leyes propuestas por el Gobierno.
El simple hecho de que BILDU votase a favor, era motivo suficiente para arremeter contra el Gobierno. Me pregunto qué puede hacer el Gobierno cuando los diputados de BILDU, con el derecho que les otorga la Constitución, votan a favor de una ley. ¿Les deben de poner unas esposas para evitar que se sumen a su propuesta? ¿Deberían de recular y votar en contra de la ley de Presupuestos, pongamos por caso, los diputados del PSOE desde el momento que perciban que uno de BILDU ha votado a favor, para que no les acusen de ser colegas? Yo - que prefiero a BILDU votando que a ETA matando - valoro que dicho partido esté en el Parlamento y la banda terrorista haya desaparecido. A partir de ahí, cuando se trata de una ley, lo propio sería votar a favor o en contra, según se esté de acuerdo o no con su contenido, que es lo que a todos nos afecta.
La semana pasada se presentó en el Congreso de los Diputados el decreto para paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania, y lo que se sometió a votación fueron medidas beneficiosas tales como la rebaja de 20 céntimos por litro de carburante, la reducción del IVA de la luz del 21% al 10%, el límite de un 2% en las subidas del alquiler y un montante de 6.000 millones de euros en ayudas directas a la agricultura, la pesca o los transportistas. Pensaba que con la llegada de Núñez Feijó a la presidencia del PP, tratándose de un hombre sobrado de experiencia política, cambiarían las tornas, pero me equivoqué.
Votaron en contra y la invocación a BILDU triunfó en el argumentario de los populares para justificar su oposición. Con sólo cinco diputados, no se pueden quejar los representantes del independentismo vasco del protagonismo que disfrutan, gracias a la publicidad que el PP les ofrece de forma gratuita. Está claro que la teoría de Pablo Casado, cuanto peor mejor, con Alberto Núñez Feijó prevalece. Y BILDU.
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