C onocida la Encuesta de Población activa (EPA) del cuarto trimestre de 2021 se puede celebrar los resultados a los que no resta valor el hecho de que, tradicionalmente, el último trimestre del año es el que mejores datos aporta en empleo y en paro. La tasa de paro provincial se sitúa en el nivel más bajo desde finales de 2007. Esa tasa al acabar 2021 está en el 15,66%. El total de ocupados -las personas con empleo- ha finalizado 2021 casi igual a 2007. Entonces había algo más de 316.000 y ahora 311.000. Es decir, ahora recuperamos el nivel de empleo que tenía la provincia hace 14 años. En ese momento había, lógicamente, menos población en edad de trabajar y menos población activa - la que trabaja o busca empleo-. De ahí que hubiera menos parados y la menor tasa de paro. Se añadía: hasta la fecha. Con la confianza de que, al año siguiente volveríamos a registrar la menor tasa de paro hasta la fecha. Ya sabemos que esa nueva fecha nunca llegó. Regresando al presente, hay un dato que nos diferencia de lo ocurrido en el conjunto de España. Una parte de la caída del paro en España no tiene relación con la creación de empleo sino con el abandono en la búsqueda de uno. La población activa descendió en 158.900 personas. No ocurre así en Almería. la población activa, esa que baja en España, aumenta en 19.900 personas en este año. Por eso último, aunque el empleo suba en 36.000, el paro solo baja en 16.100, y pese a todo esto, el desempleo se redujo en 2021 un 22% en Almería. Por sectores podría pensarse que el gran protagonista de la recuperación del empleo provincial ha sido la hostelería, pero ha sido la Construcción. La hostelería ha recuperado la actividad, pero con trabajadores que tenían en ERTES y una creación de empleo más limitada que en la Construcción, donde el paro se reduce un 57% con 1.500 parados menos. Cualquiera que haya intentado siquiera cambiar el baño de casa habrá visto la dificultad de encontrar quien se lo haga (en un plazo breve) y como los materiales -por la inflación o por la falta de suministros- se encarecen. Añadamos que lo mismo ocurre con el gasoil, y la alimentación anuncia subidas. Por si esas nubes que ensombrecen el futuro próximo no fueran suficientes, la reforma laboral, prudente y adecuada (en mi opinión) la que debería ofrecer seguridad jurídica en un plazo de tiempo amplio, se encuentra con dificultades y amenazas para su ratificación.

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