Canícula de agosto. Esa que vuelve a la gente loca y capaz de liarse a navajazos. En medio de un calor que adormece cuerpo y mente, lees noticias que, en principio, te importan menos que el brillo del hielo en la botella de cerveza que tienes delante. Aunque sabes que te deberían importar. Miras por encima, la que recoge el último informe de BBVA research, anunciando que el tercer trimestre será la primera vez, en seis años, en el que suba el paro. Pero es verano y prefieres noticias edificantes, como las declaraciones del vicepresidente de la Junta de Andalucía, que además es consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local (Su tarjeta de visita debe ser de las escritas por las dos caras): "el crecimiento del sector turístico en Andalucía, nos puede llevar a ir acabando con la estacionalidad y, sobre todo, a generar más estabilidad en el empleo".

En honor suyo destacaré que ha dicho "nos puede llevar", y no que nos llevará, porque sería la primera vez y el primer sitio. Sin duda el turismo es un sector clave que ha tirado de la economía andaluza y, dentro de ella, la almeriense. Si nos acercamos a los datos, vemos uno muy positivo. La contratación indefinida es en nuestra provincia la más alta de Andalucía y, aunque sorprenda, de las mayores de España: el 7,36% en lo que llevamos de año. En los últimos treinta, por cierto, no ha ido mucho más allá de esa cifra. Pero, es que en Andalucía, esta donde crece el sector turístico un 3% este año, la contratación indefinida es del 4,42%. En siete meses se ha registrado más de 3 millones de contratos de trabajo en la Comunidad. Solo 134.000 fueron indefinidos. En Almería, que la conocemos mejor y sabemos nuestro tamaño de población, fueron 204.000 (indefinidos 15.000). Claro que la hostelería y el turismo ha contribuido a superar la crisis de empleo, pero la calidad de este no tiene mucho que ver con el que existía antes, y eso que tampoco aquel era como para tirar confeti. Observemos, otra vez, nuestra provincia. En los siete primeros meses de 2007 en hostelería se registraron 17.000 contratos de trabajo frente a los 40.000 de este año. Eso no significa 40.000 nuevos empleos. Más bien, temporalidad y rotación en el mismo puesto de trabajo por la misma o diferente persona, con menores sueldos que hace diez años, y la proliferación de autónomos (autoempleo). Y, junto a ello, la incertidumbre. El sector turístico depende de una demanda cambiante en el futuro, y encontrar como convivir con los nuevos modelos de negocio que han nacido o pueden nacer con las nuevas tecnologías.

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