Libertad Quijotesca

Ética y política

La corrupción de comprary vender votos, nos robala política. Abre las puertasal totalitarismo

Dice el secular refranero español: “Consejos vendo que para mí no tengo”. La web del Instituto Cervantes (Centro Virtual Cervantes) explica “Este refrán recrimina a quien da consejos a los demás, pero no los toman para sí o no sabe resolver sus propios problemas”. Este proverbio es fruto de la tradición cultural de la Civilización Hispánica que heredamos, vivimos, renovamos y transmitimos. Como también lo es la idea de que la causa de la libertad nunca es una causa perdida. La libertad, vivir con libre albedrío, exige de nosotros que seamos responsables de nuestros actos. Tanto como individuos, ciudadanos, como en nuestra contribución a la sociedad de la que formamos parte. Es devastador que te roben la vida. Infame que fulminen la libertad de cátedra. Que te obliguen a hacer lo que no quieres, estar donde no deseas. Es monstruoso que te roben la libertad de elección que expresas con tu voto en las urnas. Que te impongan una agenda y destino trampeando las elecciones. El voto; no se compra ni se pone a la venta porque entonces estamos perdidos. La corrupción es la puerta por la que se cuela e impone el totalitarismo. La barbarie autoritaria y la muerte del civismo. Para vivir en libertad tenemos que hacernos responsables de la política. Aprender sobre pensamiento y cultura politica. La democracia no es perfecta. Es claramente vulnerable cuando se destruye la educación, y la cultura se somete a leyes ideológicas. El sectarismo no es pensamiento político. Usa la censura porque no sabe hacer política. Detesta la democracia y procura destruirla. Desde la Antigüedad, tanto en Oriente como en Occidente, encontramos autores que nos enseñan que la ética y la política están íntimamente unidas. Los antiguos griegos fueron los primeros en hablar y escribir sobre ética y moral. Aristóteles no concebía la política separada de la ética. Tienen un objetivo común: el bien supremo para la humanidad (Ética Nicomáquea) De ahí que el trabajo sea constante de generación en generación. Para Aristóteles, era imprescindible que todos aquellos que aspiren a ejercer cargos políticos para gobernar bien, deban hacer patente su compromiso con la ética: “Saber noble que permite conocer la naturaleza humana”. La ética constituye la base, los cimientos, sobre los que se construye la política. La forma en la que nos gobernamos y afrontamos los peligros que presenta el poder.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios