Pocas cosas gustan más que los aniversarios, con sus cifras redondas. Ya ven que el 39 aniversario del intento del golpe de estado pasó sin pena ni gloria, pero, amigos, el 40 ya es otra cosa, otro nivel, puedes recordar dónde estabas. El año pasado, no, el año pasado si recordabas eras un aburrido. Pues bien, se acerca el 8M que, casualidades de la vida, está muy cerca del aniversario de la declaración del primer estado de alarma.

Tenemos, pues, la oportunidad de analizar si este año se ha avanzado en igualdad -en cierta manera si, en la de la desgracia- porque ya en la segunda ola vimos que parecía repetirse el patrón de la crisis anterior: laboralmente las mujeres la resiste mejor, pero tienen más dificultades para beneficiarse de la recuperación.

Por no intentar abarcarlo todo, fijémonos en el dato de quiénes están protegidos frente al desempleo, incluyendo los que están en un ERTE. Resulta que, en enero, cobran alguna prestación medio millar de mujeres más que de hombres: 20.568 mujeres y 20.016 hombres. Sin embargo, en los dos últimos años la cifra era prácticamente idéntica, apenas 100 perceptoras más que hombres cobrando. Aunque en 2019 estaba cada grupo en torno a 17.000 y en 2020 en torno a 18.000. Una primera conclusión sería que si hay más personas cobrando no es porque haya aumentado el nivel de protección, sino porque hay más gente que se ha quedado en paro. Si, además, se distancia el total de mujeres sobre el de hombres podría concluirse que el desempleo y los ERTES afectaron casi por igual durante la primera parte de la pandemia, pero como decíamos, la reactivación es más difícil en el caso de las mujeres.

Así, este enero se unieron a los que ya cobraban por un ERTE en nuestra provincia 500 mujeres y apenas 400 hombres Así, el número de mujeres en ERTE llegó en enero a más de 2.800 y el de hombres a 2.500, cuando en noviembre, en el inicio de la segunda ola, las cifras eran similares en ambos géneros.

Esta semana conoceremos los datos de paro y ERTEs de febrero -el del cierre de actividad esencial en municipios como Almería capital- y veremos la repercusión de esos quince días, que se notará sobre todo en el número de perceptores de prestaciones, precisamente, más que en las cifras finales, porque al levantarse restricciones son muchas las personas que han vuelto a sus trabajos. Pero, lo dicho, ese incremento en los beneficiarios de prestaciones nos dará una idea de las dificultades futuras, y me temo que ser mujer hará más difícil engancharse al mercado laboral de la recuperación.

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