Libertad Quijotesca

Pasión de monitores

Monitorizar la libertad de expresión es expropiar la libertad de pensamiento

El Artículo 20 de nuestra Constitución recoge en su disposición 1ª "Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier medio de reproducción". Continua en su apartado d) "A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades". Disposición 2ª: "El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa". Disposición 4ª: Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen, y especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia". Nuestra Carta Magna no puede ser más clara y contundente con respecto al derecho de libertad de expresión, que no libertinaje rentista, y el derecho a la información, que no propaganda adoctrinante y domesticadora, que tenemos los ciudadanos. Del mismo modo es obligación de toda la sociedad ejercerlos con la imprescindible ética que requiere. Resulta paradójico que cuanto más se trata de lavar el cerebro de las personas, más se ensucia y se inunda de telarañas. La Constitución es el marco legal más importante de nuestra nación. Protege nuestros derechos y libertades, del mismo modo, indica las obligaciones reciprocas de nuestro contrato social, que es la Democracia, el Estado de Derecho y la Separación de Poderes. Nadie puede, ni debe, saltárselo a capricho, interés, o por ambición de poder. El areópago que tiene la responsabilidad de gobernar España dentro de este marco legal, no cesa de quebrantar la Constitución aprovechando la trágica realidad provocada por la pandemia del Covid-19. Una de sus ocurrencias ha sido controlar las opiniones de los ciudadanos en las redes sociales, "monitorización" le llaman. Además de ilegal es una totalitaria falta de respeto a la inteligencia de la ciudadanía. No olvidemos que el vicepresidente Yago afirma que expropiar es democrático, y que la definición sobre la prensa que comparte es la del activista italiano Luca Casarini: "Esto es un arma que vale para disparar, nada más". Cautivador sin duda. No debe ganar para somníferos el presidente Otelo.

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