Días atrás, en ese momento en que muere la tarde, mi perro y yo tapeábamos tranquilos en nuestra terraza favorita. ¿Tranquilos? No. Cerca, una mesa de prejubilados debatía lo suficientemente alto para ser escuchado tres calles más allá, este titular: "Almería podría autofinanciar su sistema de pensiones y de prestaciones sociales". Si no existiera caja única de la Seguridad Social, solo la nuestra y otras tres provincias lo conseguirían.

Es un ejercicio teórico. Así lo entendía el periodista, cuyo artículo quería destacar lo bajas que son aquí y no reivindicar el derecho a decidir de los pensionistas. Más son tiempos crispados, de discusiones sobre agravios. Así que allí estaban el grupo, en todo lo suyo.

De entrada, no todas las prestaciones sociales podrían financiarse solo con las cotizaciones almerienses. El desempleo no. En 2016 se dedicaron 350 millones a pagar la factura del paro en Almería. Unos años antes, en 2010, fueron 550, y la diferencia de entonces a ahora es de 9.000 parados menos. Se reduce porque cobran menos y menos cantidad.

Retomando la cuestión de las prestaciones. Es cierto que Almería, detrás de Orense y Lugo, es la provincia con las pensiones más bajas. Tan bajas, que un 37% de ellas necesitan el complemento de mínimos, la cuantía que se paga para que lleguen a la pensión mínima que garantiza la ley. A nivel nacional, el 25% de las pensiones recibe ese complemento y en Andalucía el 34%.

En Almería, en primer lugar, hay más pensiones de viudedad que en el resto de España. Aquí suponen el 28% del total y en España el 24%. Esas pensiones son más bajas. Contribuye por tanto a que la pensión media sea menor, pero la gran causa es que muchos de los jubilados actuales proceden del régimen de autónomos, del sistema agrario o de profesiones con sueldos inferiores a los que había en el conjunto de España.

Esa situación tiene, no obstante, un recorrido corto. La pensión media almeriense está subiendo un 2% anual, por encima de España y de Andalucía. La razón está en que se están jubilando personas con mejores sueldos. La diferencia con la media nacional, por tanto, se acorta. La recuperación de empleo en Almería se hace a menor ritmo que en España y con sueldos inferiores a los de quien se jubila. Así acabará saliendo de la lista de provincias que se autofinanciarían. La solidaridad, al final, es mejor que la autarquía.