Crónicas desde la Ciudad

Quinta- columnistas

Pronto llegará el momento de dar un abrazo -no virtual- a quienes se han hecho acreedores de nuestra gratitud

Ante todo soy un ciudadano que sufre y padece disciplinadamente el confinamiento; con la excepción (legal) de adquirir el pan y dos periódicos, ambos a 150 metros de casa. Para la compra general u otros imponderables cuento con la ayuda imprescindible de mi hija Elena, autorizada igualmente a atender a una persona mayor que vive sola en su domicilio. Mi otro hijo, Antonio, sigue aislado a cal y canto ante una inminente paternidad.

Con la moral alta después de cuatro semanas y hablándole de tú a tu al televisor, al ordenador y hasta al mismísimo microondas. Y por teléfono con los amigos que me llaman o llamo yo. A los 74 años de edad y determinados achaques crónicos que me hacen pertenecer a la llamada población de riesgo. Entiendo, sin embargo, que las crónicas dominicales que publico en el Diario ayudan a los lectores a evadirse un rato del agobio y aburrimiento. Y a mi me sirven de desahogo, a modo de dietario de campaña. Mientras tanto, Facebook, única red social que dispongo, la mantengo bajo mínimos

Pronto llegará el momento de dar un abrazo -no virtual- a quienes se han hecho acreedores de nuestra gratitud. Y aquí permìtanme un distingo corporativo: a los periodistas honestos (los más) y a mis quiosqueros Ángel y Serafín, solícitos y atentos, con guantes y a dos metros de distancia social. Yo con mascarilla. Pero también será tiempo de desenmascarar a aquellos/as columnistas, opinadores y foreros que desde la maldad, el rencor y el desconocimiento más estúpido vienen envenenando nada más comenzar la crisis. Y a los líderes de una derecha insensata y obtusa que traicionando la lealtad hipócritamente proclamada, se dedican sistemáticamente a machacar cualquier medida adoptado por el Gobierno y sus representantes legales. Dónde está Sra. Arrimadas? Dónde Pablo A. Posteriori (Casado)? Anoten, por si no lo sabían ya que sus voceros lo ocultan, las tres brillantes propuestas que en el Congreso de los Diputados propuso para aliviarnos a los españoles del dolor: banderas a media asta, luto general y un monumento a las víctimas... ¡Justo lo que la OMS recomiendan encarecidamente! Me recuerdan a los quintacolumnistas que durante el trienio bélico ocupan su tiempo en erosionar la moral de la retaguardia leal y consecuente

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