Hoy, lunes, 13 de septiembre, entre la festividad del Dulce Nombre de María y la Exaltación de la Cruz y los Dolores de la Virgen, hemos comenzado el curso político de la misma forma que se terminó para que sus señorías del ejecutivo pudiesen disfrutar de unos días de descanso estival para ver sí se incorporaban con ráfagas de clarividencia, sin tribulaciones y con propósito de enmienda de las amoralidades políticas con las que nos vamos a reencontrar.

La alternativa está en el cambio político responsable, que se preocupen a pie de calle de la solución de los problemas reales de los españoles, cuyo futuro mediato no es nada halagüeño, solo viendo el número de desempleados. Necesitamos un país liberal, moderado y reformista con el compromiso de revertir las actuales políticas ideológicas y sectarias como la "Ley Celaá", la reforma universitaria o de la propia memoria democrática.

Cada día sube la luz, de la misma forma que años pasados lo hacía la "prima de riesgo". La energía sigue desbocada con las consecuencias que esta situación está influyendo en bienes de primera necesidad, llevando a gran parte de la sociedad a una precariedad cada vez mayor, dando lugar a una carestía, que, sin la ayuda directa de Cáritas, Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cofradías y Hermandades, Rotarios, etcétera, acrecentarían, aún más, la situación dramática para que puedan sobrevivir las familias.

Y sí no teníamos bastante mortificación, quieren que la Constitución se quiebre por el único vértice que garantiza que la misma sea auténticamente democrática, como es no permitir con un consenso cualificado de los partidos nacionales reforzar la independencia judicial, lo que van a dar lugar el Ejecutivo que, con sus trágalas, poner en riesgo la recepción de fondos europeos, quedando en aguas de borrajas "Bienvenido Míster Marshall y Sánchez".

Un año más con motivo de la Diada de Cataluña celebrada por los independentistas y coadyuvados por el pacto de neogobernanza no nacional, siguen rompiendo la igualdad entre los españoles, al excluir de esta fiesta a quienes somos constitucionalistas, pervirtiendo la historiografía, al convertir este día pasado en una jornada de exclusión y enfrentamiento, amenazando los derechos de los constitucionalistas y eliminándonos del pluralismo de la sociedad civil catalana. Exactamente igual que lo que está haciendo el gobierno socialista de Baleares cuando persigue a los médicos que no hablan catalán. Paz y Bien.