Salvemos la pandemia

La pandemia está dejando sin ingresos a la cultura, con el riesgo de que desaparezca

Queridos ciudadanos: Yo, el político, me veo en la molesta situación de tomar decisiones y las decisiones nunca son fáciles. Si por mí fuera demoraría la toma de decisiones ad aeternum y me pasaría la vida sentado en el sillón, mirando el techo, haciéndome fotos sin parar y contestando a entrevistas con frases vacías de las que se puede deducir cualquier cosa y la contraria. Pero no, me incordian minuto a minuto los asesores para que decida. Y yo, el político, he tenido que decidir sobre la cultura siempre en favor de la cultura y priorizando la cultura por encima de todas las cosas que están por debajo de la cultura. Y hay que salvar la cultura, según me dicen mis asesores que diga. Y efectivamente, no se está quemando ningún cuadro de Velázquez, ni se ha derrumbado la catedral de Burgos, pero la pandemia está dejando sin ingresos a la cultura, con el riesgo de que desaparezca. Nos estamos jugando que la población, que compra libros a mansalva y los lee sin parar, que visita a cholón los museos y compra las guías y manuales empapándose de toda la información posible, que abarrota los teatros y los eventos culturales más refinados, que compra todos los días varios periódicos, la población en su totalidad, que es tan culta, no pueda acudir en masa a los eventos y se disperse en playas, chiringuitos, bares, terrazas y botellones. Por eso, según dicen mis asesores, tenemos que impulsar los eventos culturales, los festivales y los conciertos y retomar ese rio sin fin que era la promoción pública de eventos. Porque antes o detrás de la cultura están los que viven de la cultura, que como todo el mundo sabe tienen un fin elevado y son más importantes que los que viven de arreglar coches, de pintar casas, de plantar pimientos, de sellar formularios o de hacer declaraciones de la renta. Por eso tenemos que volver a los festivales (siempre culturales) multitudinarios cumpliendo todas las medidas sanitarias con estricta pulcritud y os juro y os prometo que con el cívico comportamiento que siempre ha demostrado la población, no habrá nuevos brotes y el verano será un remanso de salvación cultural y vuelta a la nueva renovación de la nueva normalidad. Positivamente afirmo que la cultura nunca será vencida y jamás dejaremos de regar abundantemente los eventos en los que la población saldrá más culta de lo que ha entrado. Puedo prometer y prometo. Firmado: Yo, el político.

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