Libertad Quijotesca

Sectarismo y la nada

El sectarismo niega el argumento y la reflexión. Abismo donde se arroja la libertad

Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos, era el siglo de la locura, era el siglo de la razón…era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperación, lo teníamos todo, no teníamos nada" Queridos lectores, así comienza la novela Historia de dos ciudades de Charles Dickens. Sus protagonistas viven las zozobras causadas por los acontecimientos de la Revolución Francesa, entre Londres y Paris. Con maestría argumental el autor nos recuerda que jamás ha surgido nada bueno de dividir el mundo en dos bandos. De hecho, lo primero que nos enseña la Historia, si nos damos la oportunidad de aprender, es que ni las malas ni las buenas razones pertenecen y están todas en el mismo bando. Dickens rechaza la violencia revolucionaria tanto en la forma institucionalizada, el terror, como en la llevada a cabo por las masas. La RAE define el término sectarismo como "fanatismo e intransigencia en la defensa de una idea o una ideología". Desespera que hoy en día en España sea una práctica a la que se le rinda tanta pleitesía. Sectarismo e hipocresía son prácticas inseparables cuya acción fundamental es etiquetar, vilipendiar y aniquilar "al otro". El sectarismo es la nada, campo yermo, negación de la duda y la reflexión que impide que mejoremos como sociedad y nación. Se señalan enemigos y se eluden responsabilidades. Es tan cómodo, "la culpa es del otro" y mirando por encima del hombro, se les puede arrojar de la primera a la última piedra. Error nefasto. La libertad es el trabajo que nos ocupa toda la vida. Como la dignidad que la acompaña: nunca están ganadas. Somos ciudadanos, sí, pero no somos capaces de unirnos como sociedad civil y ser protagonistas de la responsabilidad de gobernarnos, con todo lo que conlleva y cómo repercute en el día a día de nuestras vidas. No obstante, no pierdo el convencimiento sobre la capacidad civilizadora que alberga nuestra historia y cultura milenarias. Démonos la oportunidad de aprender sin cainismo. Esta feroz pandemia, sus hechos y consecuencias, evidencian con contundencia la necesidad apremiante que tenemos los españoles de curarnos también del secular sectarismo. No hay propaganda, maquillaje, embuste, anestesia o monitorización, capaces de ocultarlo. Todo aspirante a tirano que ha surgido ha sacado y trata de sacar redito del sectarismo. Detestan la democracia, la Constitución y la libertad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios