Sombras en la EPA de Almería

La provincia, y eso que es de las más jóvenes del país, también se enfrenta al envejecimiento de su población laboral

Con la publicación la semana pasada de los datos de la Encuesta de Población activa se completan las grandes cifras de empleo y paro en Almería. Los datos, sabemos, dan para todo, pesimismo, optimismo, infundir esperanza o predicar miedo. Con todo intentemos un análisis sosegado. Es conocido que el último trimestre registra en Almería la mayor creación anual de empleo y, consecuentemente, las mejores cifras de caída del paro. ¿Qué vemos esta vez? La tasa de desempleo descendió hasta el 18,53%. Sí, es la más baja desde 2009 y casi la mitad de la que existía hace siete años, cuando se inició la recuperación. Fantástico.

Sin embargo, las señales de agotamiento que hemos visto en el resto de estadísticas también están aquí. La tasa de paro ha bajado del tercer al cuarto trimestre un 1,20%. Como comparación, en 2018 ese descenso fue casi de siete puntos. Hay algo más. La tasa de desempleo se ha reducido en todo 2019 un 0,24%. Estaba en el 18,77 al terminar 2018 y está en el 18,53 ahora. El dato incomodo (digámoslo así )es que el número de parados ha crecido en 2019, siendo la primera vez que sucede en siete años. Son 1.600 parados más. La causa está en el repunte de la población activa, quienes trabajan o buscan empleo, que crece en 12.700. El crecimiento del empleo, pues ha seguido creciendo, no fue suficiente para absorber esa subida. Que haya más población activa significa más personas en disposición de trabajar y, por tanto, de pagar nuestras futuras pensiones. Véanlo así. Peor es lo de la España vaciada que tiene menos paro que nosotros, porque tampoco le queda quien estar desempleado.

Al hilo de esto, nos damos cuenta de otro dato. En línea con lo que sucede en el resto de España, se nota el envejecimiento de la población en edad de trabajar. Entre 2002 y 2009, la población activa almeriense subió en 90.000 personas. En los siguientes diez años en solo 1.500. Pues bien, desde 2009 hasta ahora, los activos menores de 25 años han bajado en 20.000, mientras los trabajadores o parados en busca de empleo con más de 55 años crecen en 17.500 y la parte intermedia, quienes tienen entre 25 y 54 años, en 3.500. En resumen, nuestra provincia, y eso que es de las más jóvenes del país, también se enfrenta al envejecimiento de su población laboral. Pensemos, como ejemplo, que contamos con 580.000 personas mayores de 16 años, la edad laboral. De ellos 107.000 son pensionistas y otros 52.000 se les unirán en menos de diez años. No digo nada, pero si algo nos revela la EPA es que las pensiones van a ser un problema mayor del que ya es.

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