Han quedado muy monas las dos fotos que se hicieron el PP y el PSOE en el acto reivindicativo del viernes. Eso sí, los niños con los niños y las niñas con las niñas, es decir, cada uno por su lado. No se ajuntan ni para reivindicar las vías del tren. Se nota a simple vista que había más capos del PP y también sus declaraciones han sido más contundentes. Por ejemplo, los diputados almerienses Miguel Ángel Castellón y Juan José Matarí han exigido al ejecutivo de Pedro Sánchez las certificaciones de obras del AVE de junio de 2020 y de enero, junio y octubre de 2021. ¡Qué lástima que no reclamaran las certificaciones de obras del AVE de Almería de los ocho años que gobernó Aznar y de los siete y pico que gobernó Rajoy! Bueno, a lo mejor las pidieron (aunque no nos lo dijeran), pero como eran cero euros, sus respectivos gobiernos acabarían pronto de hacerles las cuentas. Perdón, sí hubo una obra que certificar: el tapiado de los dos túneles que ya estaba hechos (se supone que para que no los okuparan los okupas para poner criaderos de champiñones).

Como muestra de buena voluntad añadida a estas preocupaciones ferrocarrileras, la Junta de Andalucía acaba de proponerle al gobierno de Sánchez absorber los 1.700 millones de euros que los catalanes -tan sobrados ellos- no se van a gastar en ampliar el aeropuerto de El Prat. (No sabemos si también se habrán pedido algún piquillo Page y Vara). Según la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, se trataría de que el Gobierno colaborara con esos dineros a mejorar las infraestructuras de Andalucía. Y para eso propone la consejera una serie de obras como las líneas de metro pendientes en Granada, Málaga y Sevilla, el Puerto Seco de Antequera, la autovía Málaga-Ronda-Campillos y la VAU 09 de Granada. Signifique lo que signifique VAU, lo que está claro es que Almería es una prioridad para la Junta, a tenor de las grandes obras incluidas en ese paquete de los 1.700 millones excatalanes. De los que, al parecer, nos tocaría, más o menos, una cantidad equivalente a lo invertido en Almería -en el AVE y en autovías- por los dos gobiernos populares arriba citados en quince años. O sea, que los gobernantes andaluces están en la misma línea de pensamiento de Queipo de Llano (es urgente ya una calle dedicada a este "glorioso" general golpista), quien, cuando le preguntaron que cuándo iba a entrar el ejército franquista en Almería, respondió: "Almería es el último botón de mi bragueta".

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