La tapia del manicomio

La ermita y el Pingurucho

Valores históricos la ermita no tiene ninguno, ni siquiera es una antigüedad en el sentido de los anticuarios

Albricias, la ermita de Torregarcía ha sido incluida por el Ayuntamiento almeriense en el Catálogo de Edificios y Espacios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana (en adelante, si hiera falta, pondremos CEEPPGOU), junto con otros veinte inmuebles de "singular valor arquitectónico" que tienen, según afirma la concejal de Urbanismo e Infraestructuras, "valores históricos, artísticos, espaciales o tipológicos". Esperábamos que el Pingurucho estuviera en esa lista, pero después de analizarla detenidamente, resulta que no. Si nos preguntamos por los valores de la ermita, históricos no tiene ninguno, ni siquiera es una antigüedad en el sentido de los anticuarios, porque se construyó en los años cincuenta del pasado siglo. Los valores artísticos son siempre opinables, pero este estilo, típico de esa época, no parece estar destacado en ninguna historia de arte, ni se le espera; los materiales de su construcción tampoco se puede decir que sean nobles ni que aseguren perennidad. Todo su valor reside en que está en el sitio donde, según la leyenda tradicional, arribó a la playa una imagen de madera de una Virgen con Niño, hace medio milenio. Por comparación, el Pingurucho actual también es reciente, aunque es réplica de uno que se erigió hace ciento cincuenta años, en tiempos de la Primera República y destruido en 1943 ante el anuncio de que venía Franco de visita. El material de que está hecho es mármol blanco de Macael, uno de los materiales más nobles del mundo, y fue costeado por suscripción popular, con especial aporte de la gente de la Comarca del Mármol. En cuanto a su simbolismo, este monumento hace referencia a unos hechos reales y heroicos en defensa de las libertades y la Constitución, ocurridos en 1824. En conjunto, nos parece más relevante un hecho histórico que afecta a toda la ciudadanía que una leyenda que afecta a una religión y sus partidarios. Pero debemos estar en una sima de ignorancia, ya que una superior autoridad como es Patricia del Pozo, consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, ha dicho que el Pingurucho "no posee relevancia" para ser protegido. ¿Hace falta decir que este monumento fue construido por un ayuntamiento liberal y reconstruido en 1988 por un ayuntamiento de izquierdas, mientras que el original fue demolido por un ayuntamiento franco-falangista y la réplica va a ser derribada por un ayuntamiento de derechas? Será casualidad.

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