La tapia del manicomio

Más fascistas que pajaricos

Esto debe ser un plan, no puede ser obra de un único gilipollas (y perdonen el calificativo demasiado suave)

Frente a los que creíamos que Trump no duraba ni un año, la realidad es que su discurso está calando, no ya en su granero de votos propio, sino en todo el mundo. No digamos ya los conocidos ejemplos de gobiernos duros como Turquía, Rusia o los restos del oxidado "Telón de acero". Ya están cundiendo sus "valores" incluso en países que se consideraban paradigma y salvaguardia de la democracia y los derechos humanos, como Francia, Alemania o Italia. Lo más disonante -aparentemente- es el caso de Italia, donde en estos momentos las coces son más llamativas. El pedazo de animal que dice ser y llamarse Salvini cada día proporciona un titular, a cual más bárbaro, basto y burdo. Empezó insultando a Macri, a Sánchez y las ONGs, calificando de "cargamentos de carne" a los barcos de salvamento de náufragos, siguió con los gitanos y ahora se descuelga con que las vacunas son perjudiciales para los niños. Esto debe ser un plan, no puede ser obra de un único gilipollas (y perdonen el calificativo demasiado suave); más bien parece un montaje de personaje que suelta todas las burradas de su gobierno y sus partidarios, por si la gente protesta mucho y quieren partirle la cara a alguien. Aunque parece que su vomitivo discurso tiene éxito y su popularidad aumenta.

El sedicente adalid de los derechos humanos, que tanto critica a Italia, ha colocado un muro sin ladrillos en la frontera común, por el que ha devuelto a Italia más de cincuenta mil desgraciados en un año. Pero lo que más asusta a cualquiera es que Angela Merkel esté a punto de palmar por haber aceptado muchos inmigrantes. Su gente no se lo perdona, su popularidad baja a poco más del 40% y sus socios la quieren echar ya.

¿Y nosotros? Ahora mismo todo quisque manifiesta su contento por el brillante papel humanitario del gobierno con el problema del Aquarius (matriculado en Gibraltar, por cierto). Mientras llegaba éste a Valencia, más de dos mil criaturas han desembarcado en los puertos andaluces. Veremos que ocurre en la opinión pública cuando sigan llegando barcos y pateras a mansalva. A ver si también se pasan a la xenofobia que campea ya en media Europa. Porque como dice el capo del Frente Nacional en el pueblo francés Menton: "En lo ideológico hemos ganado". A ver si no es para estar acojonados.

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