Los políticos, cuando están en la oposición, suelen dedicarse a pedir la intemerata al gobierno -local, regional, nacional, europeo- aunque sepan de sobra que están pidiendo la luna, y que no les van a hacer ningún caso. Si esto es sabido hasta por ellos mismo, ¿por qué siguen haciéndolo? La respuesta es muy fácil: para obtener espacios gratuitos en los medios de comunicación de su localidad, provincia, región y/o nación, que les permita aparentar ante sus electores que se están deslomando por los intereses de sus territorios ý sus ciudadanos. Los ejemplos son múltiples y consuetudinarios. Unidas Podemos, a pesar de estar en el Gobierno, se dedica a tocarles los tocables a todo quisque, incluidos sus propios socios. Así ha ocurrido, entre otras muchas "reivindicaciones", con su propuesta de reforma fiscal para cobrarles más a los ricos. O las peticiones de Vox a Díaz Ayuso para que eche de España a los inmigrantes legales o ilegales (para Vox son todos ilegales).

Un caso reciente que nos afecta a los almerienses y que es paradigmático, ha sido la excursión a Bruselas de nuestro alcalde y nuestro presidente de la Diputación, junto con otros alcaldes del PP. Han ido a protestar por el reparto de los fondos "Next Generation" que, según ellos, perjudican tremendamente a los Ayuntamientos y Comunidades gobernados por su partido. Han llegado a decir que de las diez Comunidades Autónomas más beneficiadas, nueve son del PSOE. Lo cual es falso: Andalucía, Madrid, Galicia y Castilla y León han recibido el 43,9 % de los más de 11.000 millones de euros asignados el año pasado.

De todas formas, el objetivo de nuestros mandatarios locales se ha conseguido sobradamente: han obtenido amplia repercusión en los medios de comunicación locales, incluso con comentarios elogiosos de los propios medios. Que era lo que pretendían. Todo el mundo sabe que el intento de de que los escuchen en Bruselas y darle palos al Gobierno ha resultado fallido, pero se les reconoce el interés por los ciudadanos y sus grandes capacidades políticas y ejecutivas. El único inconveniente es que precisamente hemos sido los ciudadanos los que hemos sufragado la excursión, para que solo hayan podido hablar con políticos de su propia cuerda y que algunas fuentes comunitarias hayan comentado que "los fondos europeos son una apuesta de la Comisión y, desde luego, que vengan a cuestionar el trabajo que están haciendo no es lo que más les gusta".