La tapia del manicomio

No tenemos límites

Pensábamos que no seríamos capaces de superar el inefable nombre que le hemos puesto a las actividades festivas del verano

Creíamos que era imposible que Almería se superara a sí misma, pero lo hemos conseguido. Hemos sido capaces de alcanzar otro record Guinness, mediante una alfombra que iba desde la plaza de la Catedral… ¿al Ayuntamiento? ¡No!, a una tienda. Eso sí, una tienda enorme en la que caben casi todas las antiguas tiendas de Almería. Miles de ciudadanos almerienses han vuelto a demostrar su incapacidad para ver más allá de sus narices, llenando la alfombra, los miles de aparcamientos de la nueva tienda y la tienda propiamente dicha. Orgullosos de la modernidad y los avances tecnológicos que supone este hito en nuestro equipamiento comercial. Menos mal que un puñado de individuo/as han protestado por semejante catetada. Nuestro compañero Moreno ha publicado una viñeta que es todo un editorial: una calle cruzada por dos alfombras, una roja al nuevo centro comercial y una negra al Paseo. Después de semejante editorial condensado, como tantos a los que nos tiene acostumbrados, no parece que podamos añadir más al tema, así que pasamos a otros brillantes logros de nuestra idiosincrática "cultura" en el terreno léxico. ¡Qué leche léxico, semántico!

Aquí también pensábamos que no seríamos capaces de superar el inefable nombre que le hemos puesto a las actividades festivas del verano: "Almería Summer Festival" (pronúnciese féstival, con acento en la fé). Pues bien, lo hemos logrado. El nombre de la fiesta para conmemorar la consecución del título "Capital gastronómica de España 2019" ha sido "Almería has not limits". Hemos dudado en ponerle el acento a la i de Almería, porque los ingleses no los ponen, y además debería pronunciarse "Alméria", con acento en la mé (insistimos, por si el corrector de Google se come la tilde por incorrecta). Y es que cuando estamos en vena no hay quien nos pare -"has not limits", insistimos-. Un solo ejemplo, y hay miles: un nuevo producto de Rijk Zwaan se ha presentado en un envase de plástico "compostable". Se trata de una nueva lechuga que se puede usar como cuchara para soportar todo tipo de "toppings", porque tiene una textura "crunchy". Para la presentación usaron la lechuga para montar unos "wrap" de atún, pollo, "hummus" de remolacha y queso. Por lo visto reciclable, adorno, crujiente, empanadilla y puré no son palabras comprensibles en español. La estupidez sí que no tiene límites.

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