La malahostia: efectos y remedios

En su fase aguda, la malahostina produce episodios de ira irrefrenable e incontinencia verbal grave

Apropósito de la columna del viernes pasado, alguien me animó a hablar de la malahostina. No suelo resistirme a los retos, así que les compartiré unas breves y apresuradas notas sobre este conjunto de reacciones, acaso químicas, que alteran el comportamiento. Se asemeja la malahostina a un virus, solo que no se transmite por contacto ni por el aire, sino por vía inalámbrica. Podemos considerarla un compuesto 4G que coloniza el cerebro. No debe confundirse con la malafollá: ésta es casi genética; aquélla, más fisiológica.

Se reconoce la infección de malahostina por un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, un estrechamiento del campo de visión y una relajación de los esfínteres, así como por la presencia de una especie de acúfeno o tinnitus que adopta las entonaciones de algunos locutores y tertulianos bien conocidos. La suma de estos desórdenes lleva al infectado a percibir el futuro como algo inherentemente amenazador y a sentir la fuerte convicción de la insoportable necedad del Otro, definido como todo aquel que piensa de otra manera, que no ha sido contagiado o que se ha visto expuesto a los efectos igualmente perniciosos de la hellokittyna. Unido esto a la consciencia de la propia imposibilidad de hacer nada, el infectado se siente inerme y condenado a ser el último y único reducto del sentido común, la decencia y la inteligencia. En su fase aguda, la malahostina produce episodios de ira irrefrenable e incontinencia verbal grave que lo aproximan a las conductas definidas en la literatura especializada como Síndrome Cuñadofílico, sobre todo en presencia de otros miembros del entorno familiar o amical próximo.

Suele la pseudociencia recetar como terapia natural seguir y votar a los extremistas porque, al menos ellos, ofrecen un futuro y, así, el círculo de interacciones de la malahostina podría romperse. No obstante, se ha demostrado que se trata de una medida terapéutica falsa desde el momento en que dosis homeopáticas de extremismo no disminuyen la infección, dado que la provocan las paparruchas y las discusiones en el wasap. También se ha recomendado la administración de tila o valeriana, aunque solo se ha visto su utilidad en los casos más graves de infección. El mejor remedio hasta ahora descrito es tener a mano las palabras del romano Horacio cuando afirma que la ira es una locura breve y que quien gobierna su espíritu la domina.

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