10 de octubre y salud mental

A pesar de todo lo avanzado, aún nos queda otro tanto por lograr en materia de Salud Mental

Amabos Corría el año 1896 cuando un grupo de intelectuales comprobaron sobrecogidos las condiciones en que se tenían a los "infelices locos" del H. Provincial. Encadenados en una habitación oscura y vestidos con harapos los enfermos impresionaron a los visitantes. Merced al esfuerzo de esos ciudadanos y tras superar numerosas vicisitudes dos años después abría sus puertas el Manicomio. Situado en la zona conocida como Los Molinos de Viento, la prensa local elogiaba la luz del lugar, las zonas arboladas y las mejoras que por fin disfrutaban los enfermos mentales en su tratamiento. Los médicos que en adelante visitarían a los enfermos serían voluntarios de la beneficencia. Esta Institución mantuvo sus puertas abiertas hasta 1975 fecha en que los pacientes se trasladaron al Hospital Psiquiátrico. Progresivamente se había pasado de considerar a los enfermos mentales de "dementes" a pacientes. La asistencia médica venía dada ya por médicos especialistas en psiquiatría. Enfermeras de profesión sustituían progresivamente a monjas de la caridad de tal modo que los internos iban recibiendo un abordaje cada vez más cualificado. La enfermedad mental era algo que, en algunos casos, se curaba y se recuperaba no siendo necesario una condena a perpetuidad. En la década de los 80 se inicia la llamada reforma psiquiátrica. Paulatinamente la salud mental se va integrando en los sistemas de salud y poco a poco se hace un hueco entre otras especialidades médicas. El concepto sigue evolucionando. La mayoría de las asistencias a personas con problemas mentales se pueden hacer de forma ambulatoria y el Hospital Psiquiátrico pierde su razón de ser. En 1995 cierra definitivamente y las crisis agudas se tratan en el H.Torrecárdenas. Hoy disponemos de unas instalaciones envidiables, el rigor científico regula todas nuestras actuaciones, las asociaciones de usuarios, familiares y los profesionales comparten espacios de trabajo comunes. No obstante y a pesar del enorme salto realizado en el último siglo aún queda otro tanto por avanzar. Las personas con problemas de salud mental continúan sufriendo estigma. El suicidio sigue siendo un tabú que atormenta a muchas personas y sus familias. Aún debemos pelear por que todos disfrutemos de un proyecto de vida en sociedad. El 10 de octubre, día Mundial de la Salud Mental, nos recuerda este camino, el que ya hemos andado y el que aún nos queda por recorrer.

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