Puede que al lector un titulo como este pueda resultarle llamativo pero se hace necesario su uso porque tras él está la palabra Ataraxia que designa precisamente lo que entendemos por paz interior. No obstante el título también es una crítica a esa paz que se vende bajo precio por algunas personas (no todas) en las redes sociales, esos que entran dentro del grupo de los creadores de contenidos que no saben realmente de qué están hablando porque carecen de formación. Es una situación similar a la que acontece cuando algunos libros de autoayuda (no todos) caen en nuestras manos y detectamos que en realidad el autor no sabe lo que dice. Si miramos hacia la estantería de nuestra casa, estoy seguro que encontraremos una enciclopedia donde aparezca la palabra Ataraxia. Incluso si buscamos en las redes la palabra también vendrá una definición. La Ataraxia está dentro del contexto de la filosofía qué es el destino de las reflexiones. Pero la filosofía no es algo reservado a los eruditos. Todos podemos hacer filosofía solo que debemos buscar las fuentes fidedignas que nos salven del error. Bien, pues la Ataraxia es un estado de imperturbabilidad. El objetivo vital en la filosofía helenística era alcanzar un estado mental que permitiera vivir en calma y que desechara por tanto todo sentimiento negativo que inquietara esa meta espiritual de la Ataraxia. Este estado no es la ausencia de emociones sino el control de las mismas. Y todos los filósofos helenísticos lo ansiaban, tanto los estoicos, como los espicureos, y como los escépticos. ¿Pero cómo se lleva a la práctica? Pondré ejemplos: llegar a la Ataraxia en el terreno laboral viene cuando no se renuncia a la rutina personal por cuestiones de trabajo; ni cuando se renuncia a disfrutar de nuestras aficiones. De esa manera el trabajo no entra en la casa, ni los conflictos del mismo. En el terreno personal se llega a la Ataraxia evitando los conflictos con las personas que nos importan. No seguir la corriente de otros a veces anula la negatividad. Cuando acaba se puede generar positividad. No entrar en el juego es el camino, creo, hacia la Ataraxia. Sobre todo dejar muy claro a los demás quiénes somos y qué queremos, que eso nunca se confunda. De una forma u otra la Ataraxia es el objetivo, la imperturbabilidad emocional. Cuando se alcanza significa que tenemos control de nuestras vidas.

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