¿Dónde quedó el sosiego?

Para mi pesar, sin embargo, tengo la palabra, pero en muchas ocasiones me falta el referente

Desde que leí la poesía que Unamuno dedicó a Salamanca me gusta la palabra "sosiego". Mi inclinación por esa palabra se vio reforzada cuando oí aquello que dicen que decía Fray Luis de Granada cuando la discusión alcanzaba límites desagradables: "sosegaos". La calma es el elemento básico de la convivencia. Para mi pesar, sin embargo, tengo la palabra, pero en muchas ocasiones me falta el referente. No veo el sosiego donde debiera estar, y quizá no sea más que una de las Ideas que solo habitan el Mundo de Platón. Solo hay que mirar el Parlamento para comprobar que allí no reina la paz en modo alguno. Por otra parte, encontramos su ausencia en declaraciones extraparlamentarias (mítines, manifestaciones) que también muestran "ardor guerrero"; sin ir más lejos, en uno reciente, la música enfervorizante era el legionario Novio de la Muerte. ¿Qué sosiego cabe en tal ambiente? No es de extrañar entonces que los contenidos de las alocuciones fueran de lo más disparatado. En estos casos, el Parlamento es una gran caja de resonancia que puede ser tanto causa como efecto de tanta violencia que, por el momento, es solo de carácter verbal. En los últimos días parece ser que se ha desatado una campaña de "¿quién da más?". Los ataques son ya de la peor especie: ataques personales como el sufrido por la Ministra de Igualdad, o insultos como "traidor", "dictador", "fascista", "filoetarra", "mentiroso"; o las descalificaciones globales de los otros partidos de quienes se dice que son cultivadores de la "cultura de la violación", o que "están rompiendo a España". Parece que no hay rivalidad, que solo hay odio. A lo mejor se podría correr un cierto velo ante todos estos exabruptos si en las referencias que nos dan en los medios de comunicación aparecieran otras cosas en las que apareciera una mínima racionalidad. Pero no es así. ¿Culpa de los medios de comunicación que solo buscan los aspectos morbosos de las noticias? Si es así, entonces ya tenemos dos problemas. He detectado que en estas últimas sesiones la presidencia de la Cámara está tomando medidas, como retirar el uso de la palabra, o llamar la atención de alguna ministra por utilizar algo más grave que expresiones inadecuadas. Parece ser un buen paso. Pero habrá que dar muchos más pasos y sobre todo actuar de modo ecuánime, exigiendo un comportamiento racional a todos los parlamentarios. Caso contrario empezarían las victimizaciones. Si pudiéramos decir: "Bienvenido, sosiego"…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios