Tengo una duda pendiente de resolver, que reconozco nunca me he interesado por resolver. En ocasiones me he planteado resolverla o, al menos, intentarlo, pero siempre me retrae hacerlo, el hecho de que con la duda vivo bien. La duda es: “la memoria selectiva: ¿se refuerza ella sola de manera inconsciente, o quizás nuestra conducta la refuerza?” De momento voy a seguir con la duda. El disfrutar de ese tipo de memoria, ha permitido que, en estos momentos, se me hayan juntado ante y dentro de mí, tres vivencias que tengo grabadas en lugar preferente de mi servicial memoria selectiva, que cito a continuación. El primero un recital de Carlos Cano, en el Auditorio de Almería, con motivo de la presentación de su disco con poesías de Lorca. El segundo, otro recital de Carlos, pero en esta ocasión en el Auditorio 1 de la recién inaugurada Facultad de Ciencias de Fuentenueva, en el 69, y con “el de la chapa en la solapa” cerca, repasando las letras autorizadas, entre las que Carlos coló la “canción del mariquita” que no lo estaba. Y el tercero, una representación de “Lorca en Nueva York”, en el Teatro de Bellas Artes, el pasado lunes, en la mejor compañía que tengo. En esta obra, viajé con Federico de Granada a Nueva York y a La Habana, a través del jazz y el son gracias al actor Alberto San Juan y la agrupación La Banda. ¡Explosión de emociones! P.D. Para N. y J.

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