El medio y el ambiente

¿hemos contaminado la luna?

Eatoy en conversaciones con mis colegas de las microalgas para no llevárselas ninguno y que no puedan reactivarse

Creo que siempre recordaré que aprobé la asignatura de Mecánica y Termo de 2º después de aprobar la Electricidad y Magnetismo de 3º, y en aquella época, había que hacerlo al contrario, con lo cual, me pasé unos meses con las dos asignaturas suspensas. ¡Hay que darle emoción a la vida! Recuerdo que en la parte de Mecánica, don Gerardo me puso el problema del célebre Giroscopio, que me salvó la vida (académica).

Me ha venido lo anterior a la cabeza, porque la sonda espacial Beresheet, privada y construida por SpaceIL e Israel Aerospace Industries iba a aterrizar en la Luna el 22 de febrero de 2019 y cuando llegó el momento de hacerlo, falló su giroscopio. ¡Ahí está el susodicho chisme!

La nave se arreó un “zurriagazo de no te menees” y la carga se desparramó por la Luna. Una parte de la misma eran miles de “tardígrados” que aunque son animales diminutos, miden menos de un milímetro de largo, pueden vivir en las condiciones más adversas y más extremas que se pueden imaginar. Tienen neuronas, una boca, un intestino que contiene una microbiota y cuatro pares de patas no articuladas terminadas en garras, y la mayoría tiene dos ojos. Pueden encontrarse en cualquier entorno. Se reproducen sexual o asexualmente y un sólo individuo se puede autofecundar. y viven de 3 a 30 meses. Por si todo eso fuera poco, resisten a unas condiciones tan extremas que ni siquiera existen en la Tierra o la Luna. Pueden perder hasta el 95 % de su agua corporal para interrumpir su metabolismo y pueden sintetizar trehalosa, un azúcar que les sirve de anticongelante y otras sintetizan proteínas. Además, un ser humano muere con una dosis de rayos gamma de 10 Gy, pero esos “pequeñines” resisten hasta 4400 Gy ¡la leche! y disculpas por la expresión.

El caso es que no se sabe nada de ellos. Ni idea de si sobrevivieron al “zurriagazo” al estrellarse, o si se quedaron por ahí pululando. A ver quién se pone a buscarlos.

Conclusión, que no se sabe ciertamente nada de su situación. Pero para nuestra tranquilidad, los autores del artículo, publicado en la revista The Conversation, afirman que por desgracia para los tardígrados, éstos chiquitines no pueden superar la falta de agua líquida, oxígeno y microalgas. y para que no haya problemas, estoy en conversaciones con mis colegas de las microalgas para no llevárselas ninguno y que no puedan reactivarse, y mucho menos reproducirse. Así que tranquilos aunque el desaguisado ya ha ocurrido. Por tanto, su colonización de la Luna es imposible. ¡Uffff!

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