La Confederación Española de Transporte de Mercancías avisa con alarma que muy pronto se puede dar el caso de que falten conductores de camión, porque el 12 % de los camioneros en activo tienen entre 60 y 64 años. Es previsible que se jubilen ya mismo, y parece ser que no hay sustitutos, es decir, que no hay relevo generacional. Este problema no es solo del sector del transporte por carretera, llevamos varios años oyendo avisos similares de otros muchos sectores productivos. En la agricultura empezó hace décadas y ya es habitual contratar mano de obra inmigrante (igual que la vendimia francesa recurre a jornaleros españoles). En la ganadería ocurrió incluso antes que en la agricultura: las macrogranjas no son un invento de hace dos días, porque permiten criar miles de animales con muy poco personal; la ganadería extensiva es otra cosa porque necesita más territorio y más personal, incluso más cualificado. En la pesca también ocurre, aunque la creciente tecnificación necesita menos personal; lo que no implica que los pescadores sufran menos, como acabamos de ver en un reciente naufragio a miles de millas de su casa. Algo parecido ocurre en los otros trabajos citados: largas jornadas, soledad, sin fiestas ni vacaciones garantizadas y pocos servicios (sanitarios, escolares, financieros, de ocio…) a su alcance. Lo lógico es que los jóvenes y no tan jóvenes se sigan yendo a otros sitios y trabajos con futuro, o al menos esperanzas de tenerlo.

A la vista de esta situación solo cabe extender la solución que utiliza la agricultura, o sea la inmigración. Si esto está tan claro, ¿cómo existe tanta oposición a la inmigración? Si las cosas hay que seguir haciéndolas, más vale que las haga un extranjero a que no se hagan. Es de cajón. Pues a pesar de la obviedad de la situación es sorprendente que cada día haya más gente que le compre el discurso xenófobo a la extrema derecha. Y que precisamente el caladero de votos más fecundo en estos últimos años haya estado en el proletariado. No se comprende que, encima de pobres, quieran impedir que vengan los que pueden contribuir pagarles el subsidio de paro, las ayudas familiares, la vejez... Porque, además, quieren que se bajen los impuestos. Es un conjunto de medidas "dificilillas" de compaginar: si se pagan menos impuestos, y si se produce menos por falta de mano de obra con lo cual habrá que importar más y exportar menos, ¿de dónde se va a pagar sanidad, enseñanza, desempleo, pensiones, etcétera, etcétera?

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