El viento de las sospechas

¿Por qué lanza al aire el señor Feijóo esa especie de recordatorio al gobierno que es quien está distribuyendo las vacunas anti-covid?

E STOY plenamente de acuerdo con el Presidente de la Xunta de Galicia cuando dijo: "Es ética y moralmente inaceptable distribuir la vacunas según el color político de las comunidades autónomas". Estoy totalmente de acuerdo. Y creo que nadie disentirá de tal principio. Es como si alguien me dijera:" Es ética y moralmente inaceptable que mates a tu vecino". Evidentemente no se puede aceptar ni ética, ni moral, ni legalmente matar al vecino. Y enunciarlo es algo totalmente redundante. Pero... ¿por qué podría recordarme alguien que no debo matar al vecino? Supongo que será porque ve en mí algún atisbo de querer hacerlo. Y consecuentemente yo me pregunto: ¿por qué lanza al aire el señor Feijóo esa especie de recordatorio al gobierno que es quien está distribuyendo las vacunas anti-covid? Es claro que no está acusando al gobierno de estar haciendo las cosas mal, y posiblemente no lo acuse porque no tiene ningún dato, ninguna prueba que puedan avalarlo. Sin embargo, lanza a los cuatro vientos lo que posiblemente no será más que una sospecha que tal vez no sea recibida con tanta sutileza por todo aquel que lo oiga. Es bastante plausible que, dependiendo a veces de posiciones previas, se interprete como una acusación que lleve al reconocimiento por parte del oyente de que no se están haciendo las cosas con limpieza. En todo caso es una manera de engañar sin mentir. Son demasiado finos como para ser acusados de calumniadores. Pero los efectos son los mismos que los de una calumnia. Y puestos a recurrir a la ética, a la moral, como hace Feijóo podemos decir que ese modo de proceder tampoco es ética o moralmente aceptable. Igual que hacer valoraciones positivas o negativas globales, autoevaluaciones acríticas o hacer promesas que no se van a cumplir; y no digamos ya el de hacer acusaciones falsas. En modo alguno pretendo hacer de este artículo un código deontológico. Se trata de hacer un retrato negativo, pero en positivo, de lo que es la cúspide de nuestra clase política. Son comportamientos demasiado habituales que nos hacen rememorar el contenido del Ensayo sobre la lucidez de Saramago. Esas declaraciones de tantos políticos, pura verborrea banal, y a veces andanadas malintencionadas, hacen que perdamos el interés por la política. Y es un auténtico despropósito porque hay políticos callados y eficientes que resuelven auténticos problemas con los que sería una auténtica satisfacción colaborar.

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