RCD Espanyol I UD Almería I La crónica

El Almería, con el turrón en los labios (2-1)

  • Los rojiblancos pierden en un partido que controlaron y donde tuvieron más ocasiones, pero cayeron en la trampa del ida y vuelta que le propuso el Espanyol, nuevo líder

  • Tardanza de Gomes en realizar los cambios, lo que permitió a los locales tomar oxígeno cuando estaban casi contra las cuerdas

  • La asamblea de socios, el martes 29

Momento del penalti de Cuenca a Mérida.

Momento del penalti de Cuenca a Mérida.

Cuando un jugador marca un golazo como el que consiguió De Tomás para abrir el marcador, lo normal es que el estadio se venga abajo. Aplausos, cánticos, saltos... Por lo menos en el fútbol con el que se abrió el 2020. En el fútbol con el que finaliza el año, el golazo sigue siendo para quitarse el sombrero, pero el autor de la obra se encuentra con el frío de las lonas y de los asientos de plástico. Si acaso con las felicitaciones de sus compañeros.

Fue un gol de los que entra una vez en la vida y, cómo no, en los telediarios saldrá durante meses el Almería como dignificado. Además, en un partido fundamental para ambos contendientes. Blanquiazules y rojiblancos jugaban por una victoria que les permitiera acabar el año en la primera posición, aprovechando el pinchazo del sábado del Mallorca. Y a los 8 minutos, los de Gomes se encontraron con un 'chicharro' de primera.

La jugada, como otras veces, comenzó con un ataque que el Almería no supo acabar. Balonazo defensivo local y De Tomás hace el resto. Control en la medular, sombrero a Maras y golpeo desde el centro del campo que coge a Makaridze fuera de su área. Se le puede reprochar a los rojiblancos que no acabaran la jugada, el resto fue algo magistral de un delantero de otra categoría. Jugadores así son el punto de apoyo para los ascensos.

A partir de ahí, a remar. Mal comenzaba el partido de la jornada, con el mismo marcador con el que habían acabado los choques de los rojiblancos ante el Sporting y el Mallorca. Es el debe del equipo en esta primera vuelta, que a sus rivales directos no está siendo capaz de ganarles. La reacción fue buena, el Almería dominaba y llegaba con claridad hasta tres cuartos de campo, pero ahí perdía la claridad de ideas. A los 20 minutos Sadiq tuvo el empate en un remate de cabeza solo en el segundo palo, pero Diego López atajó sin mayores problemas el tímido cabezazo. Además, en fuera de juego. En el primer remate de los dos delanteros, el periquito goleaba.

La primera parte discurría como el Almería había previsto: buena presión, control más o menos claro del balón y llegadas. Sin peligro, pero tratando de proponer. Pero a los de Gomes les hacía falta ser mucho más dañino arriba si quería empatar el partido. Al Espanyol, con estar bien encerrado y no cometer fallos, le daba para tener a Sadiq alejado del área. Los de Gomes no tenían claridad en los metros finales, se precipitaban en los centros y sólo Lazo se atrevía chutar desde lejos, pero los balones acababan junto a la estatua de Colón.

Intercambio de disparos

El segundo acercamiento de De Tomás a la meta de Makaridze volvió a acabar con el balón en las mallas. Desmarque, control y toque adonde el meta no podía llegar. Parecía ser el de la sentencia, pero los centrales habían tirado bien el fuera de juego y el gol no subió al marcador. Era el minuto 44 y segundos después, Sadiq se encontró con el palo. La primera oportunidad en la que el Almería hacía lo que tenía que hacer, ser vertical y disparar con cabeza. El africano recibió en el área, se revolvió y chutó con rosca. Lástima que la madera repeliera el lanzamiento, merecía haber sido el empate por lo bien que lo había hecho y por las ganas, sin acierto, que le estaban poniendo los rojiblancos.

La segunda parte arrancó vertiginosa, con un Espanyol más adelantado que en la primera. No era mala opción para el Almería, algún contragolpe podía cazar para sorprender a un rival que estaba defendiendo bien, pero que vívía con el viento a favor del golazo de De Tomás. Así hizo, a los cuatro minutos de la reanudación, Akieme entró por un hueco que antes del descanso no existía y provocó penalti. El capitán Corpas no falló. Al centro, fuerte, pero con la convicción de que era la jugada que podía cambiar el transcurrir del partido.

Con el empate, el choque entró en un impás en el que ambos contendientes querían tener el balón y crecer con él. La posesión prácticamente durante todo el partido estaba siendo almeriense, el equipo se encontraba cómodo y seguía llegando a la meta de Diego López. Una genialidad de Carvalho, con un control exquisito junto a banda y con doble pared con Lazo y Balliu, acabó con el balón estrellado en el lateral de la red. Era el momento de dar el zarpazo, el Espanyol no estaba encontrando su juego.

Intento de chilena de Sadiq. Intento de chilena de Sadiq.

Intento de chilena de Sadiq. / LFP

Con los cambios, sin embargo, mejoró el equipo catalán. La medular local empezaba a crecer y el Espanyol empezaba a encontrar espacios a la espalda de Akieme. Gomes de momento aguantaba, no movía el banquillo, confiaba en coger una contra, como la que casi le sale a Sadiq y Corpas. Poco después era Sadiq el que la tenía, tras otra sensacional jugada de Carvalho, el mejor de los rojiblancos. Podía caer  el segundo para el Almería, pero la decisión de lanzarse a por él era peligrosa, en el ida y vuelta el Espanyol tenía mucho que ganar.

Otro ataque sin terminar y gol en contra

Y el Espanyol encontró lo que buscaba. Recuperación, contra defendida con cansancio por el Almería y penalti claro de Cuenca sobre Mérida. De Tomás ponía un 2-1 que no era justo, pero los almerienses habían picado el anzuelo. Dos ataques sin terminar y dos goles en contra, qué poco había hecho el conjunto periquito para merecer los tres puntos, pero qué bien le había tendido la trampa a los de Gomes, sobre todo con la entrada de Mérida.

Derrota que duele, pero que debe de servir para seguir creyendo en las posibilidades del equipo, puesto que durante casi todo el encuentro fue bastante mejor. Eso sí, debe de recapacitar puesto que arriba sigue teniendo carencias de cara al gol y ante los de arriba no logra buenos resultados. Cabeza fría pese a la derrota, puesto que el mercado invernal de la pasada temporada fue un desastre para el Almería.

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