Me temo que en esta campaña pasaremos de puntillas sobre los problemas de Almería. Es un plebiscito en torno al presidente.

Al final sólo queda la falta de profesionalidad y criterio de quienes gobiernan, capaces de poner en peligro la agricultura.

La edad transcurrió incapaz de, entre tanto alboroto, percibir el silencio que hoy lo ocupa todo, sólo roto por el chasquido de las gotas en el suelo.

Tengo la impresión de que no somos los almerienses dados a reconocer y a proyectar aquello que desde fuera provoca envidia.

No pasa nada por marcharse. Al contrario. La historia los recordará como militantes comprometidos con su partido.

Lo que hoy se decide en los 103 pueblos de Almería es, ni más ni menos, que el modelo de convivencia al que aspiramos.

El CEMA está en la vanguardia de todo lo que ya es y queremos que siga siendo la provincia de Almería.

Creen que son capaces de engañar a los vecinos, en la creencia de que son tontos o maleables.Se equivocan.

La clave de todo es posible que esté en un tuit resultón o un comentario hueco y vacio con recorrido de minutos en redes.

Terracultura supone el escaparate de la capacidad de aquellos pueblos de los que casi nadie se acuerda, de la Almería de interior.