Almería necesita un plan

Tener un plan no es presentar medidas concretas cada cierto tiempo o cuando fracasan las anteriores

EL pasado día 17 se celebró el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y, para tal fecha, llegó la edición de 2020 del informe sobre el estado de la pobreza en España que elabora la organización EAPN.

Y ese informe, en el que ya hay reservado un apartado para "covid y pobreza", nos advierte de una tremenda debilidad de nuestra realidad social y avisa de "la incapacidad económica de un amplio porcentaje de la población para afrontar una crisis de la envergadura que produce el coronavirus", de que "la recuperación macroeconómica proclamada a partir del año 2014 quedó lejos de alcanzar efectivamente a las personas", de que existe una gran desigualdad territorial en nuestro país y de que se ha producido "un claro empeoramiento de las condiciones de vida de las personas más pobres y vulnerables".

Y, cuando analiza las regiones, nos cuenta que somos la tercera región con peores datos sobre pobreza y exclusión social, solo superada por Ceuta y Melilla, a la par de Extremadura y a más de 10 puntos de la tasa media nacional.

Y sobre esta base, Almería, como todas las ciudades, se enfrenta, además de a una crisis de enorme dureza, a una normalización del consumo online acelerada por el aislamiento social que ha traído la pandemia. Y, en este delicadísimo escenario, nuestro gobierno municipal pidió a la oposición, en el pleno extraordinario de esta semana y en un tono tremendamente chulesco, profesionalidad.

Y, sin duda, es absolutamente necesario que exista profesionalidad en aquellos a los que les corresponde la tarea de fiscalizar la gestión pública, pero para estar legitimado para cuestionar la profesionalidad de otro hay que ofrecer profesionalidad y tal cosa, a día de hoy, no la ofrece nuestro gobierno municipal.

Porque la profesionalidad en la gestión de un municipio pasa, necesaria e irremediablemente, por tener, para ese municipio, para su gente, sus recursos, sus fortalezas y debilidades, un plan que responda a un objetivo y siga una dirección, y el Partido Popular que hoy gobierna Almería no lo tiene.

Porque tener un plan no es presentar medidas concretas cada cierto tiempo o cuando fracasan las anteriores; tener un plan no es intentar solucionar el vaciamiento del centro de la ciudad pintando figuras geométricas en uno de los carriles de su principal avenida y dándoselo a los peatones para que paseen junto a los automóviles; tener un plan no es gastarse dinero en una "caja de luz" en la que poder hacerse bonitas fotos cuando la pobreza sobrevuela las calles; tener un plan para una ciudad no es hablar de los objetivos mundiales impuestos por organismos internacionales.

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